El vino es quizá uno de los mayores tesoros que nuestra cultura gastronómica ofrece a todos los que quieran disfrutar de una experiencia completa dentro de nuestra cocina. Desde los tintos de La Rioja, a los vinos blancos de Castilla y León y Galicia, sin olvidar la mención especial que siempre nos deja el sur con los únicos y especiales vinos de Jerez.

La variedad es simplemente espectacular, generosa y altamente culinaria. Todo el que se atreva a probar las enormes denominaciones de esta bebida podrá conocer por qué son los líquidos favoritos del dios romano Vaco. Aunque no nos engañemos, es posible que acabemos un poco mareados... Gajes del oficio.

En muchas ocasiones puede ocurrir que en ese momento tan sencillo, único y espectacular; se vea frustrado por la enorme desgracia de no tener cerca un abridor, un dichoso sacacorchos que por un instante adquiere el valor equivalente del oro, los diamantes y las esmeraldas al mismo tiempo. Por eso, hoy te mostramos qué hacer en caso de que no tengas un sistema de este tipo para abrir los vidrios.

• Empuja el corcho. Si te sientes fuerte como Hulk y el Capitán América juntos, esta opción te puede ser muy útil. Con un objeto redondo, como puede ser una pila o un mechero, ejerce presión sobre la parte de arriba del corcho. La fricción obligará al tapón a caer hacia abajo poco a poco hasta caer dentro del vino. Quizá no sea el método favorito por un enólogo, puesto que puede caer algún pequeño trozo dentro del vino, pero de seguro te sacará del problema.
• Con un zapato. Aquí viene una de las curiosas. Con un calzado plano puedes imprimir fuerza de vacío en una botella de tal manera que podrás abrirla prácticamente sin esfuerzo. El método es el siguiente: con el talón del zapato debes golpear el corcho de la botella sin el protector; una vez lo hayas realizado, la parte trasera del recipiente debe entrar en la obertura del zapato, y acompañando con este, debes golpear con suavidad en una pared vertical hasta que el corcho vaya saliendo poco a poco
• Con un tornillo. Necesitas un clavo con rosca de este tipo u unos alicates. Una vez saques tu modo ferretero a la luz, deberás introducir el tornillo en el corcho y con el alicate, ejercer presión giratoria hacia arriba hasta que consigas extraer el tapón.
• Por último el más delicado, usa un cuchillo (y si puede ser dentado, mejor). Con mucho cuidado y con delicadeza, debes introducir el filo del cuchillo en el cuello de la botella, una vez llegues a la parte de abajo, empieza a tirar hacia arriba hasta que consigas extraer el corcho.

Hay variedad de ideas y de alternativas, se nota que en muchas ocasiones el esfuerzo y escurrirse el coco sale a la luz, y si es para disfrutar de una copa de vino, el motivo está más que justificado.