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Amina ya es otra

José María Rodríguez

Agencia EFE

Tiempo de lectura: 3'Actualizado 19:41

José María Rodríguez

Cansado de llamar desde Francia durante los últimos nueve días a todos los hospitales de Gran Canaria, a la Policía y a varias administraciones públicas sin que nadie le diera razón de dónde estaban su mujer y su hija, A. Koné tomó este jueves un avión a la isla. Al aterrizar, su vida había cambiado, y la de su pequeña también: Amina ya es otra.

Cuando encendió su teléfono, este emigrante marfileño recibió un mensaje con un reportaje de la Agencia EFE publicado apenas una hora antes sobre tres niños que han perdido a sus madres en las pateras y cayucos que tratan de llegar a Canarias desde las costas de África: Aissata, Seidou y Amina, los tres procedentes de su mismo país.

Sin más información hasta entonces sobre sus familiares que la certeza de que iban a bordo de una barca que estuvo perdida diez días en el Atlántico hasta que fue rescatada el 24 de octubre a 200 kilómetros de Gran Canaria, el hombre pensaba que su mujer estaba grave en algún hospital, y por eso no llamaba, y que su hija, de seis años, probablemente había muerto. De hecho, había leído que una niña falleció mientras era evacuada y que quizás no fue la única.

A. Koné llegaba a Gran Canaria dispuesto a pasar los días que fuera necesario para encontrar a su mujer y su hija, como fuera, aunque sin saber a quién preguntar ni dónde podría dormir. No podía soportar más que nadie le dijera nada "por protección de datos".

Cuatro horas después, estaba abrazando a su hija en una habitación del Hospital Materno Infantil de Las Palmas de Gran Canaria. La niña, que durante diez días no había hablado y que tan preocupados tenía a sus pediatras y a la Dirección General de Protección de la Infancia de Canarias -su tutora legal en la isla-, cambió de cara nada más verle cruzar la puerta de la habitación y se le abrazó sin quererlo soltar, según han relatado testigos del encuentro.

Entre el hospital y el aeropuerto, a A. Koné le ocurrieron cosas sorprendentes. Encajando aún las noticias que había recibido después de tanto silencio, el hombre se vio en la puerta de llegadas de un aeropuerto que no conocía, en una isla donde no tiene a nadie y sin hablar una palabra de español. Su reacción instintiva fue acercarse a pedir ayuda al único hombre negro que vio en el vestíbulo.

La suerte estuvo esta mañana de su lado. El hombre al que interpeló tampoco vive en Gran Canaria, sino en Bilbao, ni es español, sino togolés, pero resultó ser una persona con muchos contactos en el mundo del asociacionismo de ayuda a los migrantes en el País Vasco. Y con los números de teléfono apropiados.

A primera hora de la mañana, Helena Maleno, la portavoz de Caminando Fronteras, no podía creer que un amigo suyo le estuviera llamando por teléfono para decirle que estaba en el aeropuerto con un hombre de Costa de Marfil que buscaba a su hija, el mismo al que ella llevaba toda la mañana intentando localizar para contarle que acababa de enterarse por Efe de dónde estaba su hija Amina.

Maleno escribió a esa hora un tuit indignado, reacia a asumir que el sistema niegue a un padre información sobre parientes a los que busca con la excusa de la protección de datos, por más que el hombre exhibiera los documentos que probaban su parentesco. Aunque se repita semana tras semana con los cientos de desaparecidos que acumula la Ruta Canaria, la activista se resiste a aceptarlo.

A. Koné y su improvisado acompañante estaban ya en el vestíbulo de entrada del Hospital Materno Infantil tratando de que les permitieran ver a la niña, cuando intervino la directora general de Protección a la Infancia de la comunidad autónoma, Iratxe Serrano.

El Gobierno de Canarias da por válidos sus documentos, lo reconoce como padre de Amina y retira a la niña la tutela por desamparo. O lo que es lo mismo: A. Koné podrá estar con su hija y llevarla consigo a Francia, aunque no sea inmediatamente, porque los médicos de la niña consideran que todavía necesita al menos dos semanas de cuidados.

El hombre ya tiene dónde dormir esta noche. Caminando Fronteras y el Gobierno de Canarias se ofrecieron a buscarle un lugar donde pueda pasar unas noches, pero A. Koné ha dejado claro que prefiere dormir en el hospital con su hija, si se lo permiten. Y así será.

Iratxe Serrano estaba muy pendiente de lo que le contaran del encuentro, y tanto la reacción de la niña como el empecinamiento del padre en quedarse con ella le han alegrado. "Es lo que uno espera de un padre", confiesa a Efe. "Amina ya es otra", añade.

El Gobierno de Canarias tiene acogidos a 2.590 menores llegados en pateras, 441 de ellos rescatados a lo largo de 2021, desde bebés hasta adolescentes.

En los centros que cuidan de ellos tienen la instrucción de guardar cada año dentro de su expediente una foto actualizada. No solo sirve para dejar constancia de cómo han cambiado, también para recordar a toda la red de acogida el tiempo que ese niño lleva en un recurso que debería ser excepcional.

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