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Able Archer 83: las maniobras estadounidenses con las que la URSS pudo iniciar la Tercera Guerra Mundial

Unas pruebas nucleares estadounidenses desarrolladas en noviembre de 1983 llevaron a los soviéticos a prepararse de forma efectiva para un contraataque que habría sido fatal

Able Archer 83: las maniobras estadounidenses con las que la URSS pudo iniciar la Tercera Guerra Mundial
Millán Cámara

Redactor de COPE

Tiempo de lectura: 3'Actualizado 23:39

La Guerra Fría nunca acabó convirtiéndose en un conflicto bélico real. Lo cual no quiere decir que la tensión entre el capitalismo y el comunismo que mantuvo en vilo al mundo durante la segunda mitad del siglo XX quedase exenta de momentos críticos. Los hubo, por supuesto: aunque nada pasó a mayores, todo podría haber sido muy distinto si las tornas hubiesen cambiado en, al menos, dos episodios.

La crisis de los misiles de Cuba en 1962 es el más conocido, con Kennedy y Fidel Castro de por medio. Aquella intentona de guerra nuclear que acabó por no concretarse trascendió más que el Able Archer 83. Este caso fue más anecdótico, pero tan capaz, o más, de haber provocado una Tercera Guerra Mundial protagonizada por Estados Unidos y la extinta URSS.

Able Archer 83: las maniobras estadounidenses con las que la URSS pudo iniciar la Tercera Guerra Mundial

WOLFGANG KUMM / EFE

¿Qué fue el Able Archer 83?

El Telón de Acero empezó a desmontarse en 1989, a partir de la caída del Muro de Berlín. Sin embargo, la situación era bien distinta a principios de la década de los 80. Por un lado, Ronald Reagan empezó a acumular armas militares para Estados Unidos tras convertirse en presidente. Por otro, Yuri Andropov obligó a la Unión Soviética a no bajar la guardia con respecto al bloque opuesto precisamente por el arsenal del que estaban haciendo acopio los estadounidenses.

De ahí que tanto Andropov como el otro gran peso pesado soviético de la época, Leónidas Breznev, llegasen a la conclusión, en mayo de 1981, de que Estados Unidos preparaba un ataque nuclear contra la URSS. Como el supuesto plan del enemigo se estaba orquestando en el más absoluto secreto, los soviéticos decidieron contraatacar con su propia iniciativa subrepticia: la Operación RYAN.

Así empezó un espionaje a gran escala por parte de la URSS para identificar las primeras fases del hipotético ataque nuclear estadounidense y abortarlo después. Los objetivos fueron personas con la más alta capacidad de decisión en el tema que nos ocupa, técnicos e instalaciones. La tensión empezó a ser llamativa en septiembre de 1983, con un hallazgo muy desconcertante para los soviéticos: detectaron el lanzamiento de un misil balístico intercontinental dirigido a Rusia y procedente de Estados Unidos.

Aunque se comprobó que todo había sido una falsa alarma (hubo una conjunción astronómica inaudita entre la Tierra, el Sol y el satélite que puso el grito en el cielo), los soviéticos se temieron lo peor. De ahí que su Operación RYAN ganase intensidad y entidad a partir de entonces. Las suspicacias también fueron levantadas por los misiles nucleares estadounidenses Pershing II, que empezaban a llegar a Europa.

Eso sí, el momento de mayor tensión dentro de esta pequeña crisis, el que pudo desencadenar un nuevo conflicto armado a nivel mundial, se desarrolló entre el 2 y el 11 de noviembre del 83. En esas fechas tuvo lugar el Able Archer 83, una prueba del Alto Mando de la OTAN con la que se quería comprobar cómo actuaría Estados Unidos, con sus efectivos del momento, ante una posible guerra nuclear.

La simulación fue lo más realista posible, ya que se reaccionó como si la Unión Soviética hubiese atacado primero. Incluso se notificó la alerta de ataque nuclear a las fuerzas armadas y a la población estadounidense, usando los famosos términos DEFCON y simulando el DEFCON 1. Es decir, el máximo nivel de alerta.

Los soviéticos mordieron el anzuelo a la perfección. Codificaciones y encriptaciones nunca empleadas antes, informes urgentes, la disposición de las bases militares estadounidenses... En la URSS vieron demasiados factores de riesgo como para no prepararse para lo peor. Así lo hicieron, ya que los mecanismos de defensa soviéticos quedaron listos por si se daba un ataque real. Sin embargo, la ofensiva norteamericana nunca se produjo.

Able Archer 83: las maniobras estadounidenses con las que la URSS pudo iniciar la Tercera Guerra Mundial

EFE

Una vez que el Able Archer 83 concluyó, se inició su particular leyenda urbana. Es cierto que la tensión disminuyó y que la URSS declaró, a nivel oficial, no saber nada de la operación estadounidense. Aun así, también hay información clasificada al respecto (del Able Archer 83 en sí y de la reacción soviética). A la par que sorpresa por las condiciones en las que los soviéticos podrían haber respondido a los estadounidenses si se hubiese confirmado que su operativo iba en serio.

Al poco, nada se supo ya de la carrera nuclear de la que querían apropiarse uno y otro bando, y el ciudadano medio vivió ajeno a lo que podría haber provocado el Able Archer 83. Pero la realidad es que el mundo habría vivido un episodio terrorífico a gran escala si la URSS hubiese reaccionado con un ataque real a las maniobras ficticias de la OTAN. Un '¿Y si?' histórico... a la par que afortunado.

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