¿Por qué Guipúzcoa perdió los cañones de su escudo y qué significaban?

A pesar de contar con más de quinientos años de historia, en plena Transición se decidió abandonar el escudo tradicional de la provincia vasca

Tiempo de lectura: 3' Actualizado 16:21

Los recuerdos del pasado nos rodean cada vez que caminamos por las calles de las ciudades de España. En todas ellas, sin excepción, los símbolos de la historia mantienen el recuerdo de lo que una vez fue, aunque hoy haya cambiado. Solo son recuerdos, aunque algunos de ellos se hayan mantenido vivos durante siglos. Ese es el caso del escudo de la provincia vasca de Guipúzcoa, el cual sufrió una transformación en plena Transición de la dictadura a la democracia, perdiendo así los tradicionales cañones que todavía hoy podemos ver por las calles de San Sebastián, entre otras localidades.

El escudo centenario de Guipúzcoa

Todo fue fruto de una decisión política. Tanto la concesión de los cañones como el ser arrebatados. El caso es que el primero de los escudos de la hoy provincia fue aprobado en el año 1466, distinto a los que conocemos actualmente. Compuesto por dos cuarteles, con un rey sentado en el superior y en el inferior, tres árboles sobre las ondas del mar. Una leyenda acompañaba al escudo aprobado antes incluso de que el Nuevo Mundo fuese una realidad para los castellanos de la época. En esta se podía leer, en latín, el título de "Noble y Leal Provincia de Guipúzcoa".

En representaciones posteriores se añadió la corona real por encima del escudo, además de dos figuras masculinas encargadas de flanquear el conjunto simbólico, conocidos como tenantes en la heráldica, y que acabarían derivando en la representación de dos salvajes. Sobre el rey representado existen dudas y hay quien plantea que se puede tratar de Alfonso VIII, quien conquistó para Castilla tanto Guipúzcoa como Navarra alrededor del año 1200. Aunque no falta quien cree que se trataría de Enrique IV, rey de Castilla y, por lo tanto de Guipúzcoa, en el momento en el que se aprobó el escudo, en la segunda mitad del siglo XV.

La derrota navarra, el origen de los cañones

La reina Juana de Castilla fue la que decidió conceder al escudo de Guipúzcoa la incorporación de doce cañones en uno de los cuarteles del escudo guipuzcoano. ¿El motivo? La valiente colaboración de las tropas vascas en el sitio de Pamplona durante las batallas de Belate y Elizondo. Y es que los cañones que ya han desaparecido del escudo tienen su reflejo en doce cañones que existieron en realidad.

Se tratarían, pues, de los cañones que las tropas de Guipúzcoa apresaron en la batalla contra el rey de Navarra, el cual había contratado a un pequeño contencioso francés para ayudarse en su defensa contra los castellanos. Castilla venció y se tomaron los cañones como trofeo de unos cruentos combates que terminaron por tener su reflejo en la heráldica de los próximos siglos... al menos hasta la Transición.

Una provincia sin rey y sin cañones

Durante la Segunda República ya desapareció al corona del escudo, que fue reinstaurada con el inicio de la dictadura de Franco. Tras el año 1975, en el que murió, dio comienzo el proceso histórico de la Transición en el que, en el caso de Guipúzcoa, el 2 de julio de 1979 tomó la decisión el pleno itinerante de las Juntas Generales de eliminar al rey y a los cañones. ¿El motivo? Se consideraba que eran belicistas, al celebrar una victoria militar ocurrida hace más de cuatro siglos, además de tenerlos como humillantes para los vecinos navarros, puesto que se tomaron en la defensa del sitio de Pamplona.

Sea como fuere, ya solo son algunas fachadas guipuzcoanas, algunas farolas forjadas en hierro demasiado antiguo como para ser borrado, las que guardan el viejo recuerdo del escudo castellano de Guipúzcoa que, de un plumazo perdió al rey que lo regentaba y los cañones triunfantes que lo custodiaban. Como curiosidad, el altar mayor de la Catedral Vieja de Cádiz ostenta todavía un escudo guipuzcoano antiguo, con cañones, rey e historia.