La ciencia revela el hábito cotidiano que retrasa el envejecimiento cerebral

Una investigación europea con más de 86.000 personas demuestra que ser bilingüe protege contra el deterioro cognitivo asociado a la edad y fortalece la salud

GOBIERNO DE ASTURIAS


Ignacio Juanilla Bernardo

Madrid - Publicado el

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En un mundo donde la búsqueda de la eterna juventud moviliza ingentes cantidades de dinero, un nuevo estudio científico pone el foco en una herramienta mucho más accesible y cotidiana para frenar el envejecimiento: hablar más de un idioma. Una reciente investigación, publicada en la prestigiosa revista Nature Aging, ha concluido que el uso habitual del multilingüismo no solo protege la salud cerebral y física, sino que también ralentiza los procesos biológicos asociados a la madurez.

El trabajo, que cuenta con la participación de destacados investigadores españoles, se basa en un análisis a gran escala con datos de 86.149 personas de entre 51 y 90 años procedentes de 27 países europeos. Sus resultados son contundentes y sugieren que ser bilingüe o políglota podría ser un factor determinante para disfrutar de una vejez más saludable y fortalecer nuestra resiliencia a lo largo de la vida.

Un escudo contra el deterioro cognitivo

Los datos del estudio revelan una diferencia notable entre quienes hablan una sola lengua y quienes dominan más de una. Según los cálculos, las personas monolingües tienen aproximadamente el doble de probabilidades (2,11 veces) de sufrir un envejecimiento acelerado. En contraposición, aquellas que utilizan al menos un idioma adicional muestran 2,17 veces menos probabilidades de experimentar dicho deterioro, lo que demuestra un potente efecto protector.

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Además, este beneficio parece ser acumulativo: cuantas más lenguas se dominan, mayor es la protección. El impacto del multilingüismo "parece ser muy relevante", afirma Agustín Ibáñez, investigador del Instituto Global de Salud Cerebral (GBHI) del Trinity College de Dublín y uno de los firmantes del artículo. El experto subraya que estos hallazgos refuerzan la idea de que el multilingüismo "no solo tiene un valor cultural o comunicativo, sino que constituye un determinante significativo de salud pública".

Aunque la investigación no establece una comparación directa, los autores señalan que los beneficios observados "son comparables, e incluso superiores en algunos casos, a los reportados en grandes estudios poblacionales sobre ejercicio físico, dieta o hábitos de estilo de vida". Este hecho sitúa al bilingüismo como un pilar fundamental en la promoción de un envejecimiento activo y saludable, a la altura de otras recomendaciones de salud más conocidas.

El cerebro bilingüe, una máquina más eficiente

Para llegar a estas conclusiones, el equipo entrenó modelos de inteligencia artificial con miles de perfiles de salud y comportamiento. El objetivo era estimar la edad biológica de cada participante y compararla con su edad cronológica real. Esta diferencia, denominada brecha de edad bioconductual (BBAG), indica si una persona envejece más rápido o más lento de lo esperado según sus hábitos y estado de salud.

Los resultados positivos del multilingüismo se mantuvieron sólidos incluso tras ajustar factores como la educación, la actividad física o la presencia de enfermedades como la hipertensión o la diabetes. Según los investigadores, este efecto protector se explica por una triple vía: la biológica (mayor neuroplasticidad), la cognitiva (creación de una mayor reserva cognitiva gracias al entrenamiento de la atención y la memoria) y la social (una mayor integración que reduce el estrés crónico).

Una cuestión de salud pública

Los hallazgos "aportan pruebas sólidas" de que hablar más de un idioma "funciona como un factor protector para un envejecimiento saludable", explica Lucía Amoruso, investigadora del Centro Vasco de Cognición, Cerebro y Lenguaje (BCBL) y coautora del estudio. En sus palabras, el multilingüismo es "una herramienta accesible y económica para promover un envejecimiento saludable en la población, complementando otros factores modificables como la creatividad y la educación".

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Por todo ello, el equipo de investigación aboga por incorporar el aprendizaje de idiomas en las políticas de salud pública y educación. El objetivo final es mejorar la resiliencia cognitiva de la población a gran escala y, en última instancia, reducir la carga social y económica que supone el envejecimiento en las sociedades modernas. En el trabajo también han participado entidades como la Fundación Vasca para la Ciencia, Ikerbasque, y la Universidad del País Vasco.

Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.