El catálogo de las cicatrices del ADN español que cambia para siempre el tratamiento contra el cáncer: "Aumentamos la posibilidad de matar el tumor"
Un equipo del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) ha creado el llamado 'reparoma humano', que permitirá diseñar terapias mucho más precisas
Madrid - Publicado el
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Las células, al igual que la piel, tienen cicatrices. Esas huellas son el resultado de los mecanismos de reparación que las células activan para sobrevivir a los daños diarios y se encargan de guardar la información clave sobre el funcionamiento del organismo.
Un equipo del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) ha conseguido descifrar esas cicatrices moleculares y crear el llamado 'reparoma humano': un mapa de las marcas que deja el ADN cuando se repara. El hallazgo, aseguran los científicos, puede transformar la lucha contra el cáncer al permitir diseñar terapias mucho más precisas.
Las cicatrices que cuentan la historia del ADN
El equipo del CNIO, encabezado por los investigadores Felipe Cortés, Ernesto López, Israel Salguero y Daniel Jiménez, ha desarrollado una tecnología que permite analizar las huellas que dejan los mecanismos de reparación del ADN y vincularlas con los genes implicados en ese proceso.
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"Lo primero es conocer los mecanismos de reparación de roturas en el ADN y poder identificar nuevos factores implicados en nuevas relaciones entre las rutas de reparación", señala Cortés, quien espera que esta nueva técnica "pueda dar lugar a futuros tratamientos personalizados".
Según este investigador, el conocimiento de esas cicatrices nos permitirá identificar posibles vulnerabilidades de los tumores: "Si analizamos las mutaciones que ha acumulado un tumor, podemos entender qué mecanismos de reparación estaban activos y cuáles no. Por ejemplo, si vemos un tipo de cicatriz asociada a una reparación concreta, ese mecanismo puede ser una vulnerabilidad del tumor. Atacando ese mecanismo de reparación, podemos aumentar las probabilidades de matarlo".
El trabajo no ha sido sencillo, explica Cortés. "De los 20.000 genes que hemos podido estudiar, la mayoría no interviene en ese proceso. Pero claro, a priori eso no lo sabes". El resultado de la presente investigación ha sido un catálogo que identifica qué genes influyen en la reparación del ADN y cómo actúan conjuntamente. "Podemos ver genes que dan patrones de cicatrices similares, lo que nos indica que deben estar influyendo en el mismo proceso o rutas de reparación", añade.
entender el cáncer y el envejecimiento
En la práctica, el reparoma "podría ayudarnos a desarrollar tratamientos más efectivos”, explica Cortés. "Muchos tratamientos del cáncer emplean radiación o quimioterapia. Estos métodos, para matar células a las tumorales, generan roturas en el ADN. Impedir que el tumor repare esas mismas roturas es también una manera de eliminarlo".
Aunque el propio investigador advierte de que se trata de "un primer paso", el impacto potencial es enorme: "Esta información la ponemos a disposición de la comunidad científica para que se analice en más detalle. Hemos desarrollado una serie de ejemplos y caracterizado la función de algunos genes, pero hay muchísima más información ahí".
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Para Jorge Alcalde, divulgador científico de COPE, el hallazgo representa "una nueva herramienta para entender cómo actúa el ADN ante los daños moleculares".
Según Cortés, "es un nuevo manual de instrucciones para usar mejor las herramientas que tenemos y para identificar herramientas nuevas quizás, pero siempre en la vía de cosas parecidas a la radioterapia y la quimioterapia".
El proyecto, además, podría tener implicaciones más allá del cáncer. Como apunta Alcalde, "el ADN va produciendo más cicatrices a lo largo del tiempo, y según envejecemos, esas marcas se acumulan. Posiblemente el conocimiento de esta investigación nos ayude también a entender por qué envejecemos y quién sabe si a reducir los síntomas del paso del tiempo".
El investigador quiso subrayar el carácter colectivo del hallazgo: "Esto es un trabajo de equipo que, evidentemente, no he hecho solo. Ernesto López, Israel Salguero y Daniel Jiménez Llorente han sido quienes han liderado este esfuerzo junto con otros grupos del CNIO".