Carlota Ciudad

El Gobierno ha decretado el cierre de los restaurantes y bares, lo que ha generado considerables perjuicios económicos al sector, pero todavía hay establecimientos que luchan contra los embates del coronavirus y han decidido apostar por primera vez por las entregas a domicilio.

Esta tendencia confirmada por fuentes del sector la evidencian plataformas de envío de comida como Deliveroo, por ejemplo, desde donde han anunciado esta semana acuerdos con más de 700 nuevos restaurantes locales.

Es el caso de Kirei by Kabuki del cocinero Ricardo Sanz, con varias estrellas Michelin, donde han decidido esta semana comenzar con el servicio a domicilio a través de una App.

Esta apuesta, asegura el chef a Efe, permite aliviar el antojo de aquellos clientes que no quieren dejar de comer sushi incluso aunque no puedan salir de casa.

"El coronavirus nos ha obligado a todos los restaurantes a cerrar y como en el grupo Kabuki pensamos y sabemos que nuestra comida produce síndrome de abstinencia, hemos ofrecido un servicio a domicilio", bromea Ricardo Sanz.

Asegura que la "seguridad alimentaria es máxima" y que el sabor de sus platos será el mismo para sus clientes aunque no estén sentados en los locales de Kabuki.

"La respuesta ha sido muy buena", añade, ya que solamente el primer día registraron ocho pedidos, el doble de lo que esperaban.

Sin embargo, no todo son buenas noticias, ya que se han visto obligados a aplicar un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) y en este momento solo trabajan para el servicio a domicilio cuatro personas de los cerca de 100 empleados con los que contaba este grupo de restauración antes del estado de alarma.

Aun así, quieren ser "optimistas", y esperan que una vez concluya la crisis la gente "pierda el miedo a salir" y ellos puedan volver a la normalidad en su negocio.

Fuera de la alta cocina está el caso de las panaderías Crustó, quienes, aunque ya ofrecían antes servicio de entrega en casa, han decidido ampliar estos días el número de plataformas en línea con las que colaborar para llegar a más clientes e incluso han desarrollado su propio servicio de envío.

La directora de Marketing de la cadena, Isabel Redondo, indica que desde antes de la declaración de la pandemia hasta esta semana han registrado un aumento del 400 % en el establecimiento madrileño Crustó Padre Damián, donde tienen el obrador activo en estos momentos.

En el servicio de pedidos a domicilio por medio de aplicaciones cuentan con entrega a las áreas cercanas a sus establecimientos de ensaladas, bocadillos, panes, bollería y menús del día.

A través de su servicio propio de entrega, más especializado y que llega hasta las afueras de la capital, reparten bollería y sus clásicos panes, que representan el 38 % de sus ventas totales desde que lo han aplicado a mediados de esta semana.

Sin embargo, este servicio solo lo pueden disfrutar los habitantes de Madrid, ya que, de los 9 establecimientos con los que contaban antes del estado de alarma, ahora quedan dos abiertos, ambos en la capital.

Aunque reconocen que son "días de incertidumbre", esperan superar el temporal con trabajo "día a día" mientras aguardan la vuelta a la normalidad.

Pero no todos son nuevos en el mundo de las entregas a domicilio, como es el caso de la bocadillería Mostaza, ubicada en Zaragoza y con dos años de experiencia en este servicio.

Francisco Echeverría, uno de los socios, declara a Efe que las ventas a través del envío a domicilio "ni por asomo son iguales" a las que registraban antes del cierre de establecimientos, pero "dentro de la tesitura global" están "bastante contentos".

De momento luchan para no aplicar un ERTE, pero reconocen que "si hay un cambio en las medidas del Gobierno de cerrar totalmente todo", se encontrarían "en otro marco completamente distinto".

La esperanza de todos, al final, es que "no se alargue la situación" y se vuelva a la normalidad en el sector.