La sentencia por el caso Gürtel ha dinamitado el tablero político, pese a que ninguno de los miembros del Gobierno de Mariano Rajoy ha sido condenado por los hechos enjuiciados. Por otro lado, la responsabilidad que se exige al partido es de naturaleza civil y no criminal, o lo que es lo mismo, por haber obtenido un beneficio derivado del comportamiento penalmente punible de personas que ya no se engloban dentro de las siglas del PP.

Como respuesta, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha presentado una moción de censura contra el Ejecutivo que, lejos de garantizar la estabilidad política y económica, amenaza con trastocar los cimientos de la recuperación en un momento crucial para el Estado fruto de la crisis territorial de Cataluña.

LOS SEPARATISTAS SACAN MÚSCULO

Por eso, son diversos los efectos perjudiciales que la moción de censura comporta en el momento actual. En primer lugar, el bloqueo institucional y político, pues apenas 48 horas antes del debate que tendrá lugar en el Congreso de los Diputados se desconoce con qué fuerzas parlamentarias Sánchez contará para derrocar a Rajoy. De aliarse con los partidos secesionistas se pondrá en tela de juicio la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña ahora que el presidente de la Generalidad, Quim Torra, ha amenazado con volver a la casilla de salida del independentismo. Pero además, de seguir los postulados de ERC y del PdeCAT, Sánchez estará asumiendo la corrupción de la antigua Convergencia de los Pujol. Los mismos desmanes de dinero público que critica del PP y que le han llevado a censurar al Ejecutivo.

En lo que respecta al swing del PNV, que tanto baila con el PP como con el PSOE, podría encontrarse con dificultades en lo que a la ejecución de los Presupuestos Generales del Estado se refiere, tan beneficiosos en materia de inversiones para la comunidad vasca. Aunque no decaen por la moción, lo cierto es que el PP, que tiene mayoría absoluta en el Senado, podría introducir enmiendas retrasando su aplicación. Además, de prosperar la censura a Rajoy, el nuevo Gobierno tendría que ejecutar unos Presupuestos contra los que votó.

Pero no solo eso sino que, como ha anunciado el propio Sánchez, su intención es convocar elecciones pero una vez recuperada la “estabilidad”, de lo que parece desprenderse un guiño a los partidos independentistas. Esto, además, lo llevaría a ocupar La Moncloa con una falta absoluta de legitimidad, pues la convocatoria inmediata de elecciones, como le exige Ciudadanos, no tendría lugar hasta un momento posterior de la legislatura.

LA ECONOMÍA SE DESPLOMA

El huracán político también pone trabas al ritmo del crecimiento económico. Para muestra, el desplome de la Bolsa de Madrid, que ha caído cerca de un 3% y ha alejado al Ibex de la barrera de los 10.000 puntos. Por otro lado, la prima de riesgo se ha disparado de golpe en más de 28 puntos, hasta alcanzar los 146.

Unos datos que recuerdan las conclusiones a las que en su día llegó el Banco de España, cuando cuantificó los efectos negativos de la incertidumbre política de 2016 en la economía española.

En aquel momento, el efecto habría sido de 0,4 puntos porcentuales sobre el crecimiento del PIB, 1 punto sobre el consumo y 2,4 puntos sobre la inversión. El estudio incluía también la incertidumbre generada por el Brexit y las elecciones de Estados Unidos, algo que hoy podría compararse con la situación política de Italia, especialmente debido a que el presidente de la República ha retirado a Giuseppe Conte el encargo de formar gobierno. Un escenario que convierte la moción de censura en un instrumento nada halagüeño para España.