La Iglesia, 40 años después del golpe de Pinochet
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Actualizado 27 may 2017
Chile recuerda dividido el 40 aniversario del golpe militar. Hay además heridas abiertas que «no han terminado de cicatrizar», lamenta la Conferencia Episcopal chilena. Los obispos hacen un llamamiento a la reconciliación nacional desde la autoridad moral de representar a una Iglesia que defendió por todos los medios a las víctimas de la dictadura entre 1973 y 1990. Ese compromiso con los derechos humanos no implica obviamente complicidad con las fuerzas que en los años anteriores quisieron deslizar al país hacia una dictadura marxista. Chile, como el resto de Sudamérica, era escenario de profundas divisiones ideológicas, y la Iglesia fue por lo general uno de los pocos reductos que resistió a la contaminación ideológica. El siglo XX está lleno de ejemplos similares. La Iglesia sufrió a menudo incomprensiones por quedar en tierra de nadie, y su silenciosa labor de asistencia a las víctimas de diversos regímenes fue tergiversada como complicidad con dictaduras. Todo eso lo sabe bien el Papa Francisco, a quien cierta leyenda negra intentó presentar como cómplice de los militares argentinos. Pronto verán la luz dos libros que aportan pruebas de que Jorge Bergoglio, entonces provincial de los jesuitas, se jugó la vida por salvar a opositores. Por desgracia calumnias como ésas han sido muy frecuentes. Va siendo hora también de que algunos empiecen revisar esas otras leyendas negras, ya sean contra Pío XII o contra los obispos españoles en los años 30.
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