Todo se usa como pretexto

Ya puedes leer y escuchar la línea editorial de este martes 16 de septiembre de 2025

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El comienzo del curso político ha puesto de manifiesto uno de los aspectos más nocivos de la vida política española: importantes problemas son utilizados por unos y otros como pretexto para intentar ganar una ventaja táctica momentánea sobre el adversario.

Los problemas con la migración, la jornada laboral o la postura ante lo que sucede en Gaza son ejemplos dramáticos. En lugar de entrar en esos problemas, en su complejidad, con la intención de tener en cuenta el mayor número de factores posibles, se adopta una posición simplificada, dictada por la reducción ideológica. Esa posición se utiliza, sobre todo, para descalificar al oponente. Todo es excusa. Este modo de hacer política genera, de forma inevitable, escepticismo. Contrapone en muchos casos bienes que son compatibles.

En el caso, por ejemplo, del reparto de menores migrantes. Hace meses, incluso años, que hubiera sido posible un acuerdo entre el PP y el PSOE en esta materia, entre el Gobierno y las Comunidades Autónomas. El bien de la acogida y el bien de la seguridad no son incompatibles.

Lo mismo sucede con la posición internacional de España ante Gaza. Existe, de un hecho, un consenso sobre la necesidad de denunciar los excesos inadmisibles del Gobierno de Netanyahu y de apostar por el reconocimiento del Estado palestino. Pero se prefiere la confrontación. Lo mismo sucede con la jornada laboral: es fácil reconocer que esa reducción se debe conciliar con el reto de aumentar la productividad y de solucionar las necesidades de ciertos sectores. Pero la ideología y la táctica lo devoran todo.

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