Claves para un cónclave
"Eso es lo esencial y lo que permanecerá, independientemente del genuino acento y particular ardor evangelizador que el próximo sucesor de Pedro traiga consigo"

Escucha la línea editorial de la mañana del miércoles 30 de abril de 2025
Madrid - Publicado el
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Ya sabemos que el Cónclave del que saldrá el sucesor de Francisco comenzará el miércoles 7 de mayo. En él se elegirá al que será el papa número 267 de la historia de la Iglesia. Es frecuente que en estos días oigamos y veamos todo tipo de cábalas, muchas de ellas tratando de establecer analogías e interpretaciones ideológicas desde las que es sencillamente imposible comprender la naturaleza y la misión de la Iglesia. Los supuestos expertos que proliferan hablan en ocasiones de Francisco sin haber leído ni escuchado al Papa, y le utilizan como pretexto para defender o criticar proyectos ideológicos. Buena parte de estos analistas defienden que el papel de la Iglesia en el tiempo actual es el de ser una suerte de gran ONG que vele sobre todo por los pobres, entendidos solo desde el punto de vista material.
Ya dijo con finura y claridad Benedicto XVI que, a menudo, nos preguntamos qué nos ha traído Jesús de Nazaret si sigue habiendo guerras y hambre en el mundo. Nos ha traído a Dios, respondía. Lo que sucede es que a nuestro corazón un tanto agarrotado, eso le parece poco. El Papa Francisco sostenía que su pontificado bien podía interpretarse a la luz de su última encíclica sobre el corazón de Cristo, donde concluye diciendo: “solo el amor de Cristo hará posible una humanidad nueva… de su corazón han de brotar esos ríos de agua viva que sanen las heridas que nos causamos y que fortalezcan nuestra capacidad de amar y servir”. Eso es lo esencial y lo que permanecerá, independientemente del genuino acento y particular ardor evangelizador que el próximo sucesor de Pedro traiga consigo.