La Guardia Civil ha intervenido 242 armas de fuego y ha desmantelado un taller ilegal para su fabricación ubicado en Barcelona, en una operación a nivel nacional en la que han sido detenidas tres personas, una en la capital catalana, otra en Bilbao y una tercera en Jaén.

De todo el arsenal incautado, el grueso pertenecía al arrestado de Barcelona, que poseía 196 armas plenamente funcionales y más de 15.000 cartuchos de munición, y además tenía un taller clandestino con maquinaria industrial de precisión para la fabricación de piezas donde manipulaba las armas de fuego que poseía ilegalmente.

En el marco de este operativo contra el tráfico de armas y munición, bautizado como "Dux" y en el que hay otras dos personas investigadas, se han registrado ocho domicilios en las provincias de Barcelona, Madrid, Jaén, Murcia y Vizcaya.

A los detenidos se les imputan los supuestos delitos de tráfico de armas, depósito de armas, depósito de armas de guerra, depósito de municiones, depósito de explosivos y tenencia ilícita de armas prohibidas.

En declaraciones a los periodistas, el comandante de la Guardia Civil e interventor de armas y explosivos de la Comandancia de Barcelona, Miguel Ángel Quesada, ha explicado que el detenido en esa ciudad era un gran aficionado a las armas desde hacía muchos años y que parte de su arsenal había sido fabricado en su taller ilegal, mientras que la otra parte la había adquirido ilegalmente a través de internet.

En cuanto al destino de estas armas, el cuerpo sospecha que, además de quererlas para coleccionar, algunas iban al mercado ilícito.

En el arsenal intervenido en Barcelona, destacan 21 armas de guerra (ametralladoras, fusiles de asalto y subfusiles), unos pertrechos llamativos para los grupos criminales organizados, ha subrayado Quesada.

Tras los registros se intervinieron también 140 armas cortas (pistolas y revólveres), 45 armas largas (rifles, fusiles y escopetas) y 36 armas deficientemente inutilizadas que los investigados poseían para su reactivación.

También se hallaron 20.685 cartuchos metálicos de diferentes calibres; grandes cantidades de pólvora y elementos para la fabricación ilegal de munición; numerosas piezas y componentes esenciales (cañones, cerrojos, armazones, correderas, tambores de revólver) de armas de fuego; y maquinaria industrial para la fabricación ilegal de cañones, piezas y municiones.

La operación se inició hace dos años, cuando los agentes detectaron a varias personas que estaban comerciando ilícitamente con armas de fuego y sus componentes esenciales a través de internet.

Una vez identificados y localizados los lugares donde se sospechaba que podían estar ocultas las armas ilegales que poseían, se realizaron un total de ocho registros de manera coordinada en cinco provincias españolas.