La agencia de la ONU que ayuda a los refugiados palestinos en Oriente Próximo (UNRWA) ha reconocido que atraviesa una "gravísima falta de fondos" y está en una situación "extrema" que complica que pueda seguir a corto plazo con sus actuales programas de ayuda.

La agencia, cuyas finanzas se tambalean tras la retirada de los fondos de Estados Unidos, necesita 200 millones de dólares para este mismo año, después de que solo haya recibido el 40 por ciento de los fondos requeridos para Siria y el 50 por ciento de los solicitados para Gaza y Cisjordania.

En septiembre, la organización recurrió a un préstamo del Fondo Central de Respuesta de Emergencia de Naciones Unidas para poder pagar los sueldos de sus 30.000 empleados, un 99 por ciento de los cuales son refugiados palestinos, según un comunicado.

Entre los servicios esenciales que peligran figura la distribución de alimentos a 1 millón de personas en la Franja de Gaza y los servicios de salud adoptados para frenar la expansión del coronavirus --en los territorios ocupados ya hay casi 50.000 casos desde el inicio de la pandemia de COVID-19--.

La UNRWA, que tiene como objetivo atender a 5,6 millones de refugiados palestinos, ha recordado que hace menos de un año la comunidad internacional avaló su mandato, pero ha lamentado que este respaldo político no se haya traducido en un mayor apoyo económico. La organización depende básicamente de las donaciones voluntarias de los Estados miembro de la ONU.