La negativa del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a comparecer en el Senado en un pleno extraordinario cuya convocatoria ha forzado el PP para que explique su cumbre de Barcelona con Quim Torra abre un conflicto inédito entre ambas instituciones cuya salida es hoy por hoy impredecible.

Por el momento, el pleno para que Sánchez comparezca de manera monográfica sobre su cumbre con el presidente catalán está convocado oficialmente para el próximo jueves 24 a las cuatro de la tarde.

Y como se ha apresurado a recordar el vicepresidente del Senado, Pedro Sanz, a su llegada a la Convención Nacional del PP, no puede ser desconvocado salvo que el PP retire la solicitud que reglamentariamente obligó a García-Escudero a fijarlo o que la Junta de Portavoces así lo acuerde por unanimidad.

Ello podría ocurrir, ha proseguido, en la reunión que el jueves a mediodía celebrarán los portavoces de los grupos de la Cámara Alta, cuatro horas antes del arranque del pleno extraordinario.

Entre tanto, el Senado sigue esperando una respuesta del Ejecutivo por conducto oficial a la convocatoria establecida por Pío García-Escudero, ya que la negativa transmitida tras el Consejo de Ministros por la ministra portavoz, Isabel Celáa, no es válida para el Senado.

"El Gobierno no puede contestar al Senado a través de los medios de comunicación porque nosotros no nos hemos dirigido al Gobierno a través de los medios, sino de la Secretaría de Estado de Relaciones con las Cortes", ha advertido Pedro Sanz.

El vicepresidente ha hecho un relato de los hechos con el que ha tratado de destacar que la Cámara Alta ha actuado siempre conforme al Reglamento, el cual establece en su artículo 70.1 que el presidente tendrá que convocar un pleno extraordinario cuando lo pida la mayoría absoluta del hemiciclo, como así ha sido.

Un total de 142 senadores del PP solicitaron el pleno mediante un escrito registrado el pasado martes 15, e inmediatamente la Secretaría General del Senado se puso en contacto con Relaciones con las Cortes para "ofrecer" un día del mes de enero en el que celebrar la comparecencia, de acuerdo con la agenda del presidente.

Sin respuesta hasta hoy, salvo la comunicación de Celáa de que ese día Sánchez estará en Davos.

Sanz ha hecho hincapié en que ha sido este silencio el que ha llevado al presidente García-Escudero a convocar el día 24 por la tarde la sesión extraordinaria.

El Reglamento le obliga a hacerlo como máximo a los diez días de la solicitud, es decir, que tenía como tope el viernes 25 de enero.

Sanz ha considerado "sorprendente" que el Gobierno no haya contestado, ha señalado que la Cámara ha tratado de cumplir con la "cortesía" parlamentaria y ha añadido que "lo lógico" es que el Ejecutivo comunique oficialmente su posición.

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"Por el bien" de las buenas relaciones entre ambas instituciones, aunque al Gobierno le resulte "incómodo" el Senado donde la "aritmética parlamentaria" ha dado al PP la mayoría absoluta, ha abogado por encontrar una fecha, aunque sea después del día 24.

Hasta entonces, para evitar un insólito pleno al que no acudiría el presidente pese a haber sido convocado sólo para que él compareciera, es el PP quien tiene en su mano suspenderlo retirando la iniciativa en la que reclamaba esa sesión monográfica.