El PSOE y el PP, los grupos mayoritarios del Senado, han vetado un intento de varios partidos del grupo Mixto para acabar con la costumbre parlamentaria de "prestar" senadores a las minorías para que puedan formar grupo mediante una reforma del Reglamento de la Cámara que ni siquiera será sometida a trámite.

Con razones diferentes, pero con un sustrato común al entender como válida esta práctica largamente consolidada, los portavoces del grupo socialista y popular han echado por tierra la propuesta cuya toma en consideración han defendido, sin éxito, los senadores del PAR, PRC, UPN y Teruel Existe.

En muy duros términos, el senador del PP Sergio Ramos Acosta ha despreciado completamente la iniciativa, que ha tachado de "tomadura de pelo a los ciudadanos" e incluso de "insulto", porque "con la que está cayendo", ha dicho, con la pandemia y la gran crisis económica su debate supone una "falta de respeto" hacia los españoles.

El tono agrio y contundente de su discurso, en el que para desacreditar la oportunidad de la reforma ha citado de manera muy crítica muchos aspectos de la gestión del Gobierno ha llevado a la presidenta del Senado, Pilar Llop, a llamarle a la cuestión varias veces e incluso a llamarle al orden en una ocasión.

También Tontxu Rodríguez Esquerdo, del grupo socialista, ha rechazado aceptar la toma en consideración después de explicar que la cesión de senadores nunca ha sido obstáculo para que las minorías que no tienen al comienzo de cada legislatura los senadores necesarios para formar grupo propio lo consigan con ayuda externa.

Ha negado tajantemente que se trate de un "fraude de ley" como han sostenido sus promotores, porque que el Tribunal Constitucional nunca se ha pronunciado en contra; tampoco piensa que el "criterio" seguido por las mayorías haya sido "caprichoso" y ha concluido: "Creo que no toca".

Lo que los partidos del grupo Mixto piden es que cambiar el artículo 27.1 del Reglamento para rebajar de diez a seis el umbral mínimo para formar grupo propio, de manera que así los mayoritarios no tengan que hacer cesiones temporales de senadores a los pequeños.

De hecho, como el Reglamento también fija en seis el número mínimo de senadores de un grupo, una vez que se consuma el "préstamo" los parlamentarios cedidos vuelven a su formación original y el grupo resultante sigue funcionando por sí solo, siempre y cuando sus miembros no bajen de esa cifra, en cuyo caso sería disuelto.

Clemente Sánchez Garnica, del PAR, ha recalcado que el Reglamento no dice nada de estas prácticas que incluso califica de "fraude de ley" que "desnaturaliza" la conformación de grupos y que se fragua de manera "arbitraria" por las mayorías.

Desde el PRC, José Miguel Fernández Viadero se ha preguntado "a quién perjudica esta iniciativa", en tanto que Beatriz Martín Larred (Teruel Existe) ha recalcado que se trata de una propuesta inicial que podría negociarse; Alberto Catalán, de UPN, la considera una cuestión de "justicia y legalidad".

Los demás grupos sí les han apoyado, al menos para que el Senado acepte acometer el debate, pero su respaldo ha sido insuficiente.

El PNV, por boca de Imanol Landa, y aun avalando las cesiones como una práctica "ya consolidada", ha aceptado abordar la reforma con idea de analizarla en profundidad.

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Josep Lluís Cleries (JxCAT) ha dicho que cerrar en seis el número mínimo de senadores contribuiría a "dar voz" a los territorios representados en la Cámara y Pilar González Modino, de Izquierda Confederal, ha anunciado también su voto positivo pero ha apuntado que prefiere hablar de "acuerdos" antes que de "préstamos".

La senadora de Ciudadanos María Ponce ha advertido que esos préstamos que los grupos beneficiados nazcan "más débiles" por esa dependencia de los grandes, y Jordi Martí, de ERC, ha señalado que veía bien discutir el asunto en aras del debate y para aliviar la "difícil gestión" del grupo Mixto.