Las autoridades sanitarias portuguesas han informado este viernes del fallecimiento de nueve personas y otros 548 casos de coronavirus registrados, por lo que son ya 822.862 las personas que han contraído la enfermedad y 16.868 quienes han fallecido por su causa.

A pesar de que las cifras son ligeramente mejores que las de la jornada anterior, la incidencia y el índice de trasmisibilidad del virus ha vuelto a subir, con 65,6 casos de coronavirus por cada 100.000 habitantes y 0,97, respectivamente, lo que sitúa al país cerca de la fase amarilla del semáforo epidemiológico.

En su último informe, la Dirección General de Salud (DGS) ha informado también de la recuperación de otras 743 personas, lo que significa que 779.655 han logrado superar el coronavirus desde el inicio de la pandemia.

El número de casos activos baja a 26.339, entre los cuales hay 513 hospitalizados, 131 de ellos en unidades de cuidados intensivos. Se trata de la cifra más baja desde el pasado 19 de septiembre.

El 40 por ciento de los nuevos casos y todas las muertes salvo dos que se han confirmado este viernes se han registrado en Lisboa y Valle del Tajo. En total se han diagnosticado 311.949 positivos y se han certificado 7.142 muertes en esta zona de Portugal desde el inicio de la pandemia.

El jueves, el primer ministro portugués, António Costa, anunció que a partir del lunes, las escuelas de primaria volverán a abrir sus puertas, así como los centros de día para personas discapacitadas y de mayores. Establecimientos de menos de 200 metros cuadrados y locales de hostelería con servicio de terraza también podrán retomar sus actividades, pero con limitaciones de aforo.

No obstante, Costa advirtió de que la situación puede revertirse en la próxima semana en cerca de una veintena de municipios que se hayan actualmente en situación de riesgo si el índice de trasmisibilidad es superior a 1 y se rebasan los 120 casos por cada 100.000 habitantes.