Un policía acusado de colocar una cámara en el vestuario de sus compañeras para grabarlas mientras se cambiaban ha reconocido en el juicio que lo hizo porque su mujer estaba atravesando una enfermedad, fue una etapa "muy dura" y "tristemente sintió esa necesidad".

El agente ha declarado entre lágrimas que, en el verano de 2015, cuando sucedieron los hechos, tuvo un distanciamiento con su mujer a causa de la enfermedad de ésta, "no lo supo llevar bien" y desembocó en las grabaciones.

Pedro G.C, que se enfrenta a 4 años de cárcel por tres delitos contra la intimidad, ha manifestado hoy en el juicio que se ha celebrado en la Audiencia Provincial contra él que colocó la cámara para grabar a una compañera en concreto porque sintió "esa atracción".

Según la Fiscalía, el acusado, que en aquél momento era funcionario policial en el Consejo General del Poder Judicial, colocó una memoria usb con una cámara en el vestuario donde se cambiaban sus compañeras, lo que ha sido corroborado por él.

De acuerdo con el relato de las tres víctimas, cuando descubrieron el pendrive encontraron en él una ranura con una tarjeta de memoria en el interior, que introdujeron en un ordenador para visualizar su contenido.

La tarjeta contenía vídeos que mostraban la zona de las taquillas del vestuario femenino de las policías, por lo que dos de las tres mujeres aparecían en ropa interior, aunque detectaron que otros archivos habían sido borrados.

Según Irene C.J, la compañera que el acusado tenía el objetivo de grabar, descubrir los vídeos fue "muy violento" porque su marido tenía "mucha relación con él" y a raíz de los hechos "la gente empezó a cuchichear" y fue un "tiempo horrible".

El agente que lo detuvo, que ha declarado como testigo, ha apuntado que en el momento de la detención el acusado amenazó con suicidarse mientras pedía "por favor que pensaran en su familia".

Pedro G.C, tras ser detenido, fue suspendido de empleo y sueldo unos 5 meses y después fue destinado a una comisaría de Madrid. El acusado ha asegurado que lleva 20 años en el Cuerpo Nacional de Policía, nunca ha tenido ningún incidente, y en la actualidad tiene "la mayor ilusión" que ha tenido "jamás".

La Fiscalía ha pedido para él en sus conclusiones 4 años de prisión por tres delitos contra la intimidad al entender que el acusado colocó el "pendrive" varias veces y perjudicó a varias mujeres. Además, la acusación particular ha solicitado la indemnización con 3.000 euros a cada una de las policías.

La defensa de Pedro G.C ha señalado que el ser humano es "muy complejo", que "quizá por no serle infiel a su mujer, cometió esa estupidez, que es un delito" y que está segura de que "las afectadas no quieren verlo entrar en prisión".

Pedro G.C ha hecho uso del turno de última palabra para disculparse: "Lo siento en el alma y lo voy a sentir toda mi vida pase lo que pase".