Un juez de instrucción de Palma emitirá órdenes europeas de detención y entrega contra 18 presuntos integrantes de la red internacional de carteristas desarticulada el pasado martes en Palma con la detención de 34 personas.

Según ha informado la Policía Nacional, los investigadores han podido determinar que esta organización criminal, integrada por personas de origen rumano, habría remitido a su país 1,6 millones de euros en efectivo y se le atribuyen hurtos de carteras y otros efectos de valor por los que podrían haber acumulado en una década un botín de 12,5 millones de euros.

Además de los hurtos, de los que principalmente eran víctimas turistas que visitaban Mallorca y otros destinos vacacionales de España y Europa, el grupo cometía robos por encargo en establecimientos comerciales, han constatado los agentes al cargo de la investigación.

Las pesquisas, en las que la Policía Nacional ha tenido la colaboración de la Policía Local de Palma, se iniciaron por el aumento de denuncias de sustracciones de carteras, mochilas, tarjetas de crédito y teléfonos móviles en zonas de gran afluencia de turistas de Mallorca como la Playa de Palma, el entorno de la catedral y el castillo de Bellver, los autobuses de la capital y otras localidades de la isla como el puerto de Alcúdia, Valldemossa y Sóller.

Los detenidos, que han pasado esta mañana a disposición judicial, trataban de limitar el castigo a sus delitos en caso de ser detenidos sustrayendo cantidades inferiores a 400 euros sin emplear violencia ni intimidación.

Disimulaban sus actividades haciéndose pasar por turistas, acompañándose de menores y rotando de lugar de actuación entre los numerosos miembros de la red, que tenía una organización jerarquizada para el reparto de tareas.

Los investigadores determinaron que los ladrones que actuaban de forma concertada en Mallorca formaban parte de una estructura internacional creada hace décadas que canalizaba las ganancias obtenidas con sus delitos hacia Rumanía y que extendía su actividad en distintos países europeos.

En Mallorca tenían personas establecidas de manera estable en la isla que avisaban de los flujos turísticos en ferrys, autocares y zonas munumentales para que los jefes de la red determinaran diariamente dónde y cómo actuar.

Los hurtos de cada carterista sumaban mensualmente un valor medio de unos 4.000 euros y "cuando uno de sus integrantes no rendía lo suficiente, los responsables de la organización lo pasaban a hacer otras funciones como mendigar en supermercados, tocar música en semáforos e incluso ejercer la prostitución", explica la Policía Nacional.

En la organización tenía especial importancia el rol del receptador, encargado de canalizar el dinero y los objetos sustraídos hacia la cúpula del grupo criminal.

Enviaban objetos y dinero a Rumanía a través de una empresa de paquetería y cometían robos "a la carta" de objetos reclamados por familiares en su país natal.

"Se ha podido demostrar un total de 23 hurtos y estafas de los implicados, así como 300 hechos delictivos por indicios de autoría en los últimos tres meses, no descartándose que estas cifras puedan aumentar puesto que la operación continúa abierta", indica la Policía.

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La desarticulación de la banda se llevó a cabo el pasado martes con una intervención simultánea de 150 agentes de la Policía Nacional y la Policía Local de Palma que llevaron a cabo 20 registros en domicilios y establecimientos en los que intervinieron 300 efectos de valor como teléfonos móviles, perfumes y gafas de sol, de los que en muchos casos se había denunciado su sustracción.

Además, se han intervenido ocho vehículos y documentación que está siendo analizada. EFE