Naciones Unidas ha pedido a los políticos libaneses que emprendan lo antes posible un amplio programa de reformas políticas y económicas para que la comunidad internacional recupere la confianza en un país paralizado por las divisiones entre sus partidos y la gravísima crisis económica reinante, exacerbada por la pandemia y la explosión que arrasó el puerto y buena parte de la capital, Beirut, en agosto.

"La conferencia internacional en apoyo del pueblo libanés, que copresiden Francia y Naciones Unidas, recuerdan una vez más a los líderes de Líbano de la urgencia necesaria a la hora de aplicar las reformas", ha declarado el coordinador especial para Líbano, Jan Kubis, en su cuenta de Twitter.

Kubis describió estas reformas como "absolutamente críticas" para que Líbano recupere el completo apoyo de la comunidad internacional, como igualmente recordó Francia durante la mencionada conferencia telemática del miércoles, cuando pidió a los políticos libaneses que configuren un gobierno capaz de arreglar la crisis.

Asimismo, el enviado de la ONU ha expresado su preocupación sobre los "retrasos en la investigación de la explosión del puerto de Beirut".

"Cuatro meses después de la detonación, las heridas individuales y colectivas siguen abiertas y son profundas; y las necesidades son enormes y requieren actos. Pero sin actos, no hay respaldo", ha añadido sobre la constante dilación en las pesquisas de la gigantesca explosión, que dejó al menos 193 muertos y más de 6.000.

El suceso desencadenó una nueva oleada de protestas contra las autoridades que derivó en la dimisión del primer ministro, Hasán Diab, que se encuentra en funciones a la espera de la formación del nuevo Ejecutivo.

El presidente francés, Emmanuel Macron ha realizado dos visitas oficiales a Líbano en las que ha intentado impulsar un cambio de Gobierno. Los intentos han fracasado, lo que ha provocado fuertes críticas de Macron.

La explosión tuvo lugar en un momento en el que Líbano atraviesa una grave crisis económica --la peor desde la guerra civil (1975-1990)-- y se teme que la destrucción ocasionada por las mismas impacten directamente en la importación de alimentos y otros productos básicos.