Crear e impulsar un banco público es una de las principales inquietudes de Pablo Iglesias tras entrar en el Gobierno. Aún no hay nada decidido, pero tanto el vicepresidente segundo como Pedro Sánchez ya buscan un acuerdo al respecto que contente en el PSOE y en Unidas Podemos.

 

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�� "Pensamos que, quizá, el Instituto de Crédito Oficial se tenga que convertir en la banca pública que necesita España".@PabloIglesias #GobiernoARV pic.twitter.com/aT5QKa1ApM

— PODEMOS (@PODEMOS) February 10, 2020

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Sobre la mesa, hay varios instrumentos que podrían servir de base para crear lo que la formación morada denominó, en su programa electoral, BITTE (Banco de Inversión para la Transición Tecnológica y Económica). La mezcla de unos y otros elementos daría como resultado esa ansiada banca estatal, que primaría, conviene matizar, el crédito empresarial.

Hay cuatro patas, cada una surgida de un organismo distinto, que conviene subrayar.

Crédito

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Iglesias ha sugerido, esta misma semana, que la banca pública podría surgir a partir de la transformación del Instituto de Crédito Oficial (ICO). Este organismo se dedica a “promover actividades económicas que contribuyan al crecimiento, al desarrollo del país y a la mejora de la distribución de la riqueza nacional. En especial, aquellas que, por su trascendencia social, cultural, innovadora o ecológica, merezcan una atención prioritaria”.

El ICO funciona, en primer lugar, como banco público, ya que “concede préstamos para financiar operaciones de inversión y liquidez de las empresas, tanto dentro como fuera de España”. Las líneas de mediación (diseña y fija las líneas de financiación, a la par que firma los Acuerdos de Colaboración con las Entidades de Crédito) y la financiación directa “de grandes proyectos de inversión productiva, públicos o privados” son sus cometidos.

Además, el ICO es Agencia Financiera del Estado. Es decir, “gestiona los instrumentos de financiación oficial” y “financia, por indicación expresa del Gobierno, a los afectados por catástrofes naturales, desastres ecológicos y otros supuestos de interés general”. En el Ejecutivo de coalición gustaría, en relación con esto último, que el ICO deje de financiar campañas electorales.

Internacionalización

El Fondo para la Internacionalización de la Empresa (FIEM) podría estar ganando enteros a la hora de dar forma a esa banca pública ansiada por Podemos. Dependiente del ICO, es “un Fondo para el apoyo y fomento de la internacionalización de la economía española, con vocación de ser complementario del mercado privado”.

Su financiación aborda las condiciones comerciales y las condiciones concesionales, con una última modalidad no reembolsable. Afecta a préstamos, créditos o líneas de crédito, con la Secretaría de Estado de Comercio como gestor de la actividad del FIEM.

Los beneficiarios son “los Estados, Administraciones Públicas regionales, provinciales y locales extranjeras, instituciones públicas extranjeras, así como empresas, agrupaciones, consorcios de empresas públicas y privadas extranjeras, tanto de países desarrollados como de países en vías de desarrollo”.

Habría que modificar la Ley 11/2010, de 28 de junio, de reforma del sistema de apoyo financiero a la internacionalización de las empresas españolas. E incluso aprobar un reglamento para que la Vicepresidencia de Derechos Sociales y Agenda 2030 pasase a controlar este Fondo, sin que Asuntos Económicos pudiese ejercer ningún tipo de veto.

No obstante, el modus operandi del FIEM es bastante satisfactorio para ese proyecto de banca pública y para las empresas, que obtienen condiciones de crédito muy favorables.

I+D+I

El Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) depende del Ministerio de Ciencia e Innovación, también está en el punto de mira de Podemos. Su objetivo de promover “la innovación y el desarrollo tecnológico de las empresas españolas” interesa en especial.

Este organismo logra cumplir esa máxima porque “canaliza las solicitudes de ayuda y apoyo a los proyectos de I+D+i de empresas españolas en los ámbitos estatal e internacional”. Así, “mejora el nivel tecnológico” de las mismas.

El CDTI concede ayudas económicas propias y facilita el acceso a las de terceros. Una idea aplicable, de forma generalizada, a ese proyecto de banca estatal.

Emprendimiento

La Empresa Nacional de Innovación (ENISA) está bajo el control del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. Se dedica a prestar “apoyo financiero a pequeñas y medianas empresas que quieren impulsar sus proyectos de emprendimiento innovador”.

Sus líneas de financiación están orientadas a los jóvenes emprendedores, a los emprendedores en general y al crecimiento. El Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial es uno de los accionistas de ENISA, que comparte valores y objetivos con este.

La suma de lo mejor de cada una de las instituciones mencionadas daría como resultado esa banca estatal pretendida por Podemos. Ha quedado claro cuáles serían sus bases: crédito para la actividad empresarial nacional e internacional y un cuidado especial para la innovación y el emprendimiento de las empresas.