El caso Mediador empieza a enmarañar la estrategia para la precampaña de las municipales y autonómicas. El camino hacia las urnas puede torcerse más para los socialistas si son incapaces de desactivar la crisis y sacar de la actual desgana a sus potenciales votantes. Es pronto para determinar el impacto sobre las expectativas electorales del PSOE, pero dirigentes ya convienen que “los ingredientes de la trama no estimulan a salir en masa a votarnos”.

En la sede de Ferraz quieren creer que el ruido está llamado a desaparecer, aunque tampoco se llaman a engaño. Uno de los grandes dolores de cabeza de la dirección federal del PSOE es precisamente sacar de sus casas a los electores progresistas. Los resultados del 28-M, de hecho, serán clarificadores del músculo de la organización. El baldón para la ejemplaridad o la posición abolicionista de la prostitución, además de la bandera feminista, dispara el pánico a una sangría a sumar a rotos como los de la ley del Solo Sí es Sí o las reformas penales al gusto de ERC.

Con Pedro Sánchez volcado en cultivar su imagen internacional en su segunda gira exprés para preparar la presidencia de turno española de la Unión Europea, Félix Bolaños o María Jesús Montero quedaban encargados de desactivar los tejemanejes del “expulsado” Juan Bernardo Fuentes, el apodado Tito Berni. “El Partido Socialista ha hecho y ha dicho lo que tenía que hacer y lo que tenía que decir con este tema”, se escudó el ministro de la Presidencia para, de continuo, coser al PP a la célebre Kitchen. “Aquellos empeñados en intentar dar vuelo a este caso, lo que intentan es tapar la corrupción del Partido Popular”, golpeó la titular de Hacienda.

Las múltiples vías de agua, asumen desde distintas federaciones, dificultan incentivar el engorde electoral. Así, Ferraz parece encomendarse a la facturación propia de los barones que está por encima de la media de las siglas. Son los mismos que en estos momentos huyen de que sus carteles electorales sean asociados a la marca PSOE a escala nacional. La peor parte continúa llevándosela el Grupo Socialista en el Congreso donde han pesado y mucho los señalamientos del mediador de la trama, Marco Antonio Navarro, que ha puesto a funcionar su “ventilador”.

Los servicios jurídicos del Grupo Parlamentario Socialista ya prestan ayuda legal a diputados que se dicen vinculados a hechos que “en absoluto se han producido”. La alarma se extiende en círculos del PSOE que acumulan demasiados días de tensión y son bastantes los que, apabullados, han caído en el abatimiento. “La calle cree que somos unos puteros”, lamentan diputados incapaces de taparse los oídos. “Están siendo jornadas desastrosas”, añaden. La escandalera ha gripado el funcionamiento de una bancada que extiende además el desasosiego a todo el partido. Y mucho más entre llamados a examinarse ante los electores el 28 de mayo.