La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, ha exhibido la alta producción legislativa de esta legislatura con 101 leyes aprobadas ya como prueba de que la "fragmentación" de la representación parlamentaria debida al multipartidismo no ha sido óbice para el "regular" ejercicio de la función legislativa.

Lo ha dicho este lunes en la inauguración de la II Jornadas Parlamentarias "El Parlamento fragmentado y la forma de gobierno" que se celebran en el Congreso para, como ella misma ha señalado, analizar los condicionantes pero también las oportunidades derivadas del "enriquecimiento" del pluralismo político.

Por lo pronto, ella ha puesto de relieve que la existencia de 10 grupos parlamentarios en el Congreso en los que están representadas 24 formaciones políticas, más allá de los problemas que acarrea en la organización de los plenos, más largos y con más oradores, no ha impedido que la producción de normas haya sido notablemente alta.

De las 101 leyes aprobadas en los tres años que lleva la XIV Legislatura 24 son leyes orgánicas, y de ese centenar largo 73 procedían de proyectos de ley del Gobierno y 19 de proposiciones de ley de los grupos.

Ha habido 3 proposiciones de ley del Senado que se han convertido en leyes, ha salido adelante una Iniciativa Legislativa Popular (ILP), cuatro reformas de estatutos de autonomía y una proposición autonómica.

"Todo ello acredita que la capacidad de lograr acuerdos sobre textos legislativos ha sido muy alta", ha manifestado Batet, para quien "la fragmentación de la representación no ha supuesto un obstáculo insalvable para el regular ejercicio de la función legislativa".

Es más, la presidenta del Congreso ha advertido de que si bien la necesidad de "negociar, ceder y acordar" se ve muchas veces como una "debilidad" en realidad se trata de "una fortaleza democrática de nuestro sistema de gobierno".

"Pactar entre diferentes es consustancial a la pluralidad democrática. Lo importante en los acuerdos, dentro de la política democrática, no es tanto con quienes se alcanzan, sino que el contenido de lo pactado sea bueno y resulte útil para los ciudadanos", ha aseverado.

Una muestra de cómo ha evolucionado esta representación es que si el número de grupos parlamentarios oscila generalmente entre los seis o siete y solo hubo ocho grupos en dos legislaturas, únicamente se ha llegado a diez en la primera y en la actual.

Eso sí, Meritxell Batet ha admitido que aunque este mayor número de voces hace que más ciudadanos se sientan representados, ello acarrea que el "discurrir" de las sesiones sea más "imprevisible" y obliga a la Presidencia a ejercer un papel "más exigente".

No ha olvidado referirse también al fenómeno de la polarización que preside la actual vida parlamentaria y apuntado que el buen funcionamiento de la democracia requiere que las instituciones gocen de "buena salud" y prestigio porque, ha recalcado, "no hay alternativa".

"Podemos ser muy críticos con las instituciones democráticas y con la política, pero no tenemos alternativa", ha zanjado.

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De la polarización también ha hablado el director del Instituto de Derecho Público Comparado de la Universidad Carlos III, Elviro Aranda, quien le ha precedido en el uso de la palabra y ha lamentado el "bloquismo" que ha relevado al bipartidismo.

Ha advertido cómo en muchos casos se ha perdido el respeto a la legalidad e incluso a la constitucionalidad de modo que "unos y otros han forzado las normas en demasiadas ocasiones para conseguir objetivos políticos".