El Instituto Internacional por la Acción Noviolenta (NOVACT) y el Centro de Defensa de Derechos Humanos Irídia han denunciado desde el año 2000 una muerte por impacto directo de una bola de goma y otras catorce en las que el disparo de este material por parte de las fuerzas de seguridad fue "determinante" en el fallecimiento en el mar.

Con la colaboración de las plataformas Stop Balas de Goma y Ojocontuojo, estas entidades han presentado este miércoles un informe que expone las conclusiones de la investigación sobre el uso de las bolas de goma por parte de las fuerzas y cuerpos de Seguridad en España.

Según informan, 40 personas han sido víctimas del impacto de estos proyectiles en las últimas dos décadas. Una de ellas, explican, murió a consecuencia del disparo en la cabeza. Otras catorce personas, todas migrantes, fallecieron ahogadas en la frontera de El Tarajal (Ceuta) en 2014 tras ser alcanzados, aseguran, por una bola de goma de la Guardia Civil.

En este sentido, las asociaciones aseguran que, según la legislación vigente, "nunca" se deberían lanzar estas pelotas, a las que califican de "letales y lesivas", hacia alguien que está nadando.

El portavoz de Amnistía Internacional, Daniel Canales, ha destacado que la ONG pide la prohibición del uso de las bolas de goma en España ya que "se ha demostrado que es un armamento letal", y ha alertado de que las fuerzas de seguridad no están aplicando las pautas de Naciones Unidas para su uso "legítimo".

La única muerte que el informe atribuye de forma directa al impacto del proyectil es la de Íñigo Cabacas, un aficionado del Athletic Club de Bilbao, que falleció en el hospital cuatro días después de verse involucrado en una carga de la Ertzaintza durante la celebración de un título del club rojiblanco en 2012.

Además, la investigación sostiene que quince personas han perdido un órgano tras recibir un disparo de una bola de goma, entre las que destacan siete mutilaciones del globo ocular y cuatro víctimas que perdieron la visión.

Así, revela que en España no se ha condenado a ningún autor material de un lanzamiento de bola de goma que haya provocado este tipo de consecuencias.

Ester Quintana, víctima de un impacto de una de estas pelotas durante la huelga general de noviembre de 2012 en Barcelona, ha relatado que aquel disparo "truncó" su vida: "Requerí seis operaciones y mi imagen no se corresponde con mi anterior identidad".

El informe también expone que la Policía y la Guardia Civil, los dos cuerpos autorizados para el uso de este proyectil, tienen prohibido dirigirlo a cabeza, pecho e ingles. Sin embargo, aseguran que más de la mitad de las cuarenta víctimas de bolas de goma recibieron el impacto en estas áreas del cuerpo.

La investigación denuncia que los agentes ponen en práctica la técnica del rebote previo, que consiste en realizar el disparo a una superficie cercana a los objetivos. Las asociaciones subrayan que esta elección incrementa la "aleatoriedad" de la dirección del proyectil.

Las víctimas y asociaciones aseguran que no han podido tener acceso a las pruebas e informes del Ministerio del Interior sobre el protocolo de uso de las bolas de goma.

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Asimismo, solicitan que los grupos parlamentarios confeccionen una proposición no de ley para prohibir este tipo de proyectiles "atendiendo a su potencial lesivo", instan a la creación de una Fiscalía especializada en violencia institucional y señalan al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) como el responsable de elaborar recomendaciones dirigidas a los juzgados de Instrucción.