El presidente del Consejo Económico y Social (CES), Antón Costas, cree que durante este año la economía española no entrará en recesión y solamente "levantará un poco el pie del acelerador", pero "no pisará el freno".

Costas así lo ha defendido este miércoles en Logroño, durante su conferencia "Una nueva era: desafíos y oportunidades para España", en un foro organizado por el diario La Rioja y el Gobierno riojano.

"En general, los economistas no acertamos mucho sobre el futuro", ha admitido, aunque dijo tener la convicción de que "la economía europea y la española han entrado en una nueva época, con desafíos diferentes, que van a obligar a las empresas a hacer elecciones entre objetivos deseables y otros incompatibles".

Ha indicado que "muchas predicciones hablaban de una recesión en 2022", aunque él creía que "no iba a llegar y que el empleo crecería, como ocurrió".

Para este año, "en una situación parecida, la economía española levantará un poco el pie del acelerador, pero no pisará el freno", con lo que "no habrá ni recesión, ni caída pronunciada del empleo, excepto si el cielo se nos cae encima, como diría Asterix", ha dicho.

A su juicio a esa situación contribuirá "el cambio de cultura respecto al empleo que hemos vivido en España".

"Hasta no hace mucho decíamos que no se creaba empleo, salvo si se crecía más del 3 %, pero eso ha cambiado", ha señalado, y "crece el empleo aún con tasas de crecimiento relativamente bajas", algo que se debe, "en parte, a la reforma laboral".

Ese cambio cultural, ha dicho, "se basa en que las empresas se dieron cuenta de que el empleo temporal también era malo para ellas" y, "además, cambiar de tener empleados temporales a fijos discontinuos también propicia un cambio de conducta en los trabajadores".

LA GRAN CAPACIDAD EXPORTADORA DE ESPAÑA

La economía española, dijo, "tiene un motor más, que es su capacidad exportadora" porque es "muy competitiva", al tiempo que señaló que "hay pocos países que desde hace 15 años tengan un excedente positivo de la balanza de pagos", pero "no es un milagro, sino que hay empresas que se mueven bien en los mercados internacionales".

Eso contrasta con "la tendencia a fustigarnos que tenemos, a pensar que no somos competitivos" y, "aunque siempre hay que mejorar, la evidencia nos dice que podemos tener más confianza", ha defendido.

El CES, ha detallado, estima que en 2023 el sector exterior y el consumo interno "van a estar muy equilibrados" y "hay otros elementos que contribuirán a mantener la actividad económica y el empleo".

Así, ha relatado, "aunque no sea deseable, vamos a asistir a una inyección de inversión vinculada a los gastos de defensa" porque, "en términos económicos, las guerras siempre dan un impulso al gasto y a la inversión".

"Yo no deseo la guerra, pero cuando está, se introduce una inyección en la economía que también es un motor" y, aunque esa idea "puede asustar", ha reconocido que "la realidad es que las crisis también son elementos dinamizadores de inversión y demanda".

Con todo, ha detallado que, frente a los pronósticos de crecimiento de la economía española del 1,2 % del PIB "o, como mucho, el 1,5 %", a su juicio "será mayor que eso".

"Pero no es un escenario complaciente en su totalidad", ha advertido, porque, "aunque la economía en conjunto no ha entrado ni entrará en recesión, la inflación ya ha provocado un problema muy serio de coste de vida para un 30 o 40 % de hogares" y eso supone "un problema social de una magnitud extraordinaria".

Ha recordado que el año pasado ya pronosticó una bajada de la inflación "y también se va a dar en 2023", pero "eso no significa que el nivel de precios no vaya a seguir en un nivel elevado y ahí es donde tenemos un problema serio".

"Un país honesto y decente tiene que ser capaz de proteger a aquellos que no están en condiciones de soportar ese empobrecimiento" y debe hacerlo, en su opinión, no con medidas de apoyo para toda la sociedad, sino con otras que alivien a las familias con menos capacidad económica.