Ojo con el "nuevo impuesto" que vas a tener que pagar como conductor a partir del próximo año: "Cualquier coche que quiera circular tendrá que tenerla"
La sustitución obligatoria de los triángulos por la luz de emergencia V16 abre un debate sobre su coste y su utilidad real
Señal de tráfico V16
Madrid - Publicado el - Actualizado
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A partir del 1 de enero de 2026, todos los vehículos que circulen por España deberán llevar instalada una baliza luminosa conectada del tipo V16 en sustitución del tradicional triángulo de emergencia.
Esta medida, impulsada por la Dirección General de Tráfico (DGT), se justifica como una mejora en la seguridad vial: en lugar de que los conductores salten del vehículo al arcén para colocar el triángulo, bastará con activar esta luz que se conecta a la nube y podrá geolocalizar el coche averiado.
Aunque no es un impuesto oficial en los términos tradicionales —no es una tasa que cobra la Administración directamente— la obligatoriedad de adquirir esta baliza está generando lo que muchos califican como un “impuesto silencioso”.
Un "impuesto silencioso" para todos los conductores
Cualquier coche que quiera circular legalmente al comenzar 2026 tendrá que equiparse, y con un precio medio en el mercado en torno a los 40 euros para los modelos homologados.
El hecho de que sea obligatorio implica que la compra sea inevitable para los conductores. Si se considera que el parque automovilístico supera los 30 millones de vehículos, o que unas decenas de millones de conductores pueden verse afectados, la cuantía agregada para la ciudadanía es significativa.
Desigualdad en los costes y dudas sobre los fabricantes
La polémica se agrava al conocerse que la propia Administración pagó un precio mucho menor por las unidades destinadas a los cuerpos policiales: aproximadamente 21,10 euros por unidad para un lote de 11.800 balizas.
Asimismo, se ha advertido que la gran mayoría (nueve de cada diez) de los modelos homologados en España son fabricados en China.
En plataformas mayoristas se encuentran dispositivos similares por precios inferiores a cinco euros, lo que plantea cuestionamientos sobre el margen que soporta el mercado minorista en España.
Esto añade una capa de malestar entre consumidores y asociaciones de usuarios, que reclaman mayor transparencia sobre los criterios de homologación, origen y calidad de estos dispositivos.
Más allá del precio: cuestiones técnicas y operativas
La norma no solo exige la adquisición del dispositivo, sino que éste debe incorporar un módulo de comunicación integrado cuya conectividad debe mantenerse operativa durante años.
El director general de Tráfico, Pere Navarro
Aquí aparecen varias inquietudes: ¿qué sucede cuando el módulo de datos caduca, se desconecta o queda obsoleto? ¿Se requerirá un reemplazo o actualización del dispositivo? Al mismo tiempo, la calidad de los distintos modelos —durabilidad, resistencia al calor, fiabilidad de la transmisión de datos— puede variar enormemente, especialmente si el importador ha optado por el precio más bajo sin especificar marca/modelo.
La seguridad vial en el centro como argumento
La implantación de la luz V16 conectada está respaldada por organismos como Euro NCAP o el Consejo Europeo de Seguridad en el Transporte (ETSC), que defienden sistemas de señalización más visibles y rápidos de activar.
La lógica es clara: reducir los riesgos cuando un vehículo se detiene en la vía, evitando que el conductor deba bajar y colocar los triángulos manualmente. En la narrativa oficial, es un avance tecnológico que mejora la protección de los usuarios.