El Teatro Auditorio de Cuenca se llama ya José Luis Perales, tras el acto celebrado este martes en el que se han descubierto las letras en la fachada del edificio con el nombre del cantante y compositor, que ha agradecido el homenaje de la ciudad en la que ha residido parte de su vida y que está unida a su trayectoria creativa.

En su intervención durante el acto, Perales ha confesado que recibir este regalo le hace "muy feliz", y lo ha considerado "un privilegio", viniendo de la ciudad en la que ha vivido "tantos años y con tanta felicidad".

El cantante y compositor ha rememorado que mirando desde la ventana de su estudio a la Hoz del Huécar, siempre encontró la inspiración para muchas de sus canciones.

Asimismo, ha reconocido que, durante los años de largas giras, una época en la que tuvo que viajar continuamente, a pesar de las distancias, siempre tuvo que volver a Cuenca y ha añadido: "Nunca me quedé en otro lugar".

El artista ha tenido también palabras para su localidad natal de Castejón, y a preguntas de los medios de comunicación ha reconocido que son necesarias leyes contra la despoblación para que los pueblos vuelvan a ser lo que eran.

Eso sí, la serenidad y la calma de Cuenca, son propicias para la música, que precisa de calma flotando en el aire para disfrutar y navegar con ella, y de un espacio silencioso y sereno; Cuenca es afortunada de tener todo eso.

Por su parte, el alcalde de Cuenca, Darío Dolz, ha agradecido a Perales su papel como embajador de la ciudad en todo el mundo y le ha asegurado que el próximo 21 de agosto, el concierto que tiene programado en Cuenca "será muy emocionante".

"Tus paisanos vamos a estar allí cantando a grito pelado y con la carne de gallina las canciones que han marcado nuestra vida", ha afirmado.

El artista ha recibido como obsequio del Ayuntamiento una pieza del ceramista conquense Rubén Navarro. EFE

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