El arqueólogo e investigador del Seminario de Estudios e Investigaciones Prehistóricas (SERP), Joan Carles Alay, ha publicado un manual en el que analiza los perfiles de los ladrones de patrimonio arqueológico y explica la metodología para su persecución policial y jurídica.

La guía, "Arqueofurtivismo. Manual sobre el estudio de las intervenciones arqueológicas ilegales," se presentará el próximo 4 de noviembre en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Barcelona, en un acto que incluirá una mesa redonda con expertos.

El 'arqueofurtivismo' son los delitos contra el patrimonio arqueológico, que se remontan a la época del saqueo de las tumbas egipcias y llegan hasta los actuales traficantes que comercializan mercancías robadas.

Alay remarca que, si bien los buscadores de piezas arqueológicas por puro placer se están extinguiendo gracias a una mayor concienciación social, no pasa lo mismo con los traficantes, a los que las nuevas tecnologías han facilitado subastas en la red de la mercancía robada sin necesidad de intermediarios.

"Si bien los buscadores de tesoros, movidos por el placer del hallazgo, tienden a desaparecer, los traficantes que buscan lucrarse continuarán proliferando con la ayuda de las nuevas tecnologías", ha afirmado Alay, que es asesor policial y judicial y defensor de la colaboración entre policía y arqueólogos.

La obra hace un análisis de los aspectos históricos, económicos, jurídicos, penales y criminales de las actividades de comercio ilegal que ponen en peligro o destruyen el patrimonio arqueológico en todo el mundo, donde las sanciones y penas varían según el lugar, desde países con multas irrisorias hasta la pena de muerte que se aplicaba en China hasta el año 2011.