Este domingo 7 de enero viajamos hasta Oriente Medio. A la franja de Gaza. Tal día como hoy, hace tres meses, comenzó la guerra entre Israel y Hamás.

Un conflicto que empezó con un ataque terrorista perpetrado por Hamás. Fue un ataque cruel y despiadado. Hubo más de 1500 heridos, 1200 fallecidos y cientos de secuestrados.

De ellos, 120 continúan en manos de Hamás. Y la contraofensiva militar de Israel no tiene precedentes: casi 23.000 palestinos fallecidos en la franja, más de 50.000 heridos, millón y medio de desplazados y hospitales colapsados.

Hay falta de luz y de servicios básicos. Y en esta fecha tan señalada, hay tres claves que queremos compartir contigo.

La primera, mirando a Gaza. Allí, la situación es terrible. La población es víctima de la radicalización de sus líderes y de las ofensivas de sus detractores y nadie se va a acordar de ellos cuando todo esto termine.

Sonia Sánchez, profesora de Relaciones Internacionales en la Universidad Francisco de Vitoria, explica a COPE que "los palestinos serán los que se hagan cargo de la situación en la franja. Es el escenario más probable. Que Israel continúe en la franja su presencia y que se produzca una ocupación militar similar a la que ocurre en Cisjordania, es menos factible".

La realidad es que, en ningún caso, en la franja va a haber prosperidad tras el conflicto. Y esa es otra de las claves. El primer ministro Netanyahu, por otra parte, sigue dispuesto a continuar con la guerra y todo pese a las críticas internas que recibe.

¿Hay riesgo de que esto explote a terceros países?

Miles de personas volvieron a salir anoche a las calles de Tel Aviv y a otros puntos del país para exigir la liberación de los rehenes y demandar nuevas elecciones generales.

Se trata de la primera manifestación antigobierno importante desde que estalló la guerra entre Israel y Hamás. Y lo cierto es que cada vez son más las voces que ven en la obstinación de Netanyahu, una huida hacia delante.

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Cuenta la experta anteriormente citada que "la guerra de Gaza supone una derrota para Israel y aunque militarmente consiguiera el objetivo que se ha propuesto, Israel ya ha perdido". ¿Y por qué? Porque prioriza el conflicto frente a la liberación de los rehenes. Y eso no se perdona.

Por último, nos hacemos esta pregunta: ¿Va a ir a más? ¿Hay riesgo de que esto explote a terceros países?

Irán, por ejemplo, que está acusada de estar detrás de los primeros ataques a Hamás, no está demostrando en ningún momento que quiera que este conflicto vaya a más.

La diplomacia occidental, en todo esto, tiene pinta de ser fundamental. El ministro de Exteriores de la UE, Josep Borrell, está en el Líbano y va a tratar de frenar la escalada del conflicto. También en la zona está Blinken, secretario de Estado de Estados Unidos.

Por tanto, tres meses después, este conflicto no parece que vaya a terminar ni que vaya a acabar bien. Ni para la franja de Gaza ni para Israel. El gran riesgo es que se produzca un error de cálculo de alguno de los factores implicados.