Estos días España es el país de los festivales musicales. El buen tiempo, la cantidad de espacios al aire libre y la gran oferta musical hacen de nuestra tierra el sueño de quien disfruta de la fiesta y de un buen directo. Indie, rock, el jazz, pasando por la clásica, cualquier estilo tiene su espacio y su momento. Los artistas abandonan las salas y comparten su arte con los miles de espectadores, llegados de todo el mundo, que buscan una velada inolvidable.

Un veterano de las noches madrileñas en el Real Jardín Botánico es su director artístico, Julio Martí que, como aseguraba este viernes en COPE, está muy contento con como está funcionando este festival: “Va estupendamente, es un festival súper ambientado en la ciudad con el cariño de todo el mundo sale todas las noches diciendo los calificativos mas bonitos que puedes escuchar. A veces es un poco empalagoso recibir tantos elogios”, bromeaba Martí.

Aun así, el director artístico del festival madrileño no se confía y piensa en que “algo tiene que pasar”, aunque de momento afirma estar “encantados de tener este festival en un sitio tan maravilloso y cuidando a la gente como nos gusta cuidar, como si fueran de nuestra familia”. Dice Martí que el sello de identidad del festival es “la música y las ganas de la gente de ver a sus grupos favoritos en las condiciones que nosotros presentamos aquí”. Y esas ganas de la gente de ver a los artistas se transforma en ganas de fiesta cuando acaban los conciertos: “Cuando acaban la gente quiere más entre otras cosas porque se ha venido arriba, que al final es de lo que se trata, de que pasen un momento maravilloso y memorable y efectivamente he de decir que la gente viene con muchísimas ganas”.

Un negocio del que viven “miles de personas”

Juan Fran Senabre, es director de Moon World, una empresa dedicada a la producción de espectáculos, conciertos, giras, festivales... Como 'Vivir así es morir de amor', el mayor espectáculo de Camilo Sesto. Explica que no todo es ganar dinero: “El dinero viene a través del trabajo, y no hay dinero sin trabajo”, asegura a Expósito.

“No montamos espectáculos ni festivales, lo que hacemos es transmitir una serie de experiencias y sensaciones, proyectos y espectáculos donde la gente disfrute. Cuando empiezas a desarrollarlo desde cero no piensas en el dinero, lo más importante es generar algo para que el público se vea representado”, comenta en La Linterna. Para Senabre estos festivales son cultura, aunque “no todo el mundo lo tiene claro”. “Aquí hay muchas empresas, compañías y artistas, miles y miles de personas que viven de esto. Forma parte de la cultura y es cultura”, concluye.

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La evolución de la indsutria

En el mes de agosto, reservamos del 9 al 13 para poder acudir al Sonorama Ribera 2023. Su director y fundador, Javier Ajenjo, se ha mostrado en La Linterna muy contento por haber superado expectativas y que la España vaciada se llene para "comer lechazo, beber vino de Ribera y escuchar música".

Aunque no tienen playa, se centran en las "cosas buenísimas" que tiene la tierra, que sirven como transmisores de la cultura. Ha insistido en que, tras los 26 años que llevan celebrando el festival, la industria música ha evolucionado. Cuando comenzaron, los artistas terminaban de concretarse apenas un par de meses antes de la celebración del evento. "Antes, cuando el festival era en agosto, empezábamos a vender entradas en julio y se cerraban los carteles en mayo", develaba.

Sin embargo, en la actualidad, aunque aún no se ha celebrado el evento de este año, ya tienen la vista puesta en el del próximo. "El cartel del año que viene está al 50 por ciento. Ha cambiado totalmente la forma de hacer festivales. Cuanto más tiempo, nos permite preparar las cosas de mejor manera", explicaba Ajenjo.