En los próximos días se va a cumplir medio siglo, 50 años, de uno de los descubrimientos arqueológicos más fascinantes del siglo XX. Fue en marzo de 1974 cuando unos campesinos de Xi'an, en China, descubrieron más de 8.000 soldados de Terracota a tamaño natural, guardando la tumba del llamado Emperador Amarillo.

Hoy se les conoce como los guerreros de terracota y siguen envueltos en muchísimo misterio. Para ello, en 'Herrera en COPE' hemos querido conocer sus detalles de la mano de Javier Sierra.

Qin Shi Huang, el Emperador Amarillo

Es uno de esos descubrimientos arqueológicos que puso sobre la mesa a un personaje de la historia prácticamente olvidado, porque Qin Shi Huang, el Emperador Amarillo que vive en el siglo III a.C., fue un fenomenal tirano y a la vez el ideólogo de la gran muralla. Además, fue el hombre que unificó China a sangre y fuego y nunca se le tuvo en muy buena consideración.

Y de repente, en plena época de Mao Tse Tung, en 1974, se descubre este mausoleo. Mao lo reivindica porque debió de verse reflejado en el hombre de brazo de hierro de su historia. Y a partir de ahí empieza una fascinación que no tiene fin.

Hablamos 8.000 guerreros de terracota, aunque los que se han desenterrado son solo 2.000.

Lo que se descubre en marzo de 1974, buscando con las varillas de Zhaori un lugar donde hacer un pozo, perforan 15 metros en el suelo y tocan con una especie de cobertura como de barro cocido. La rompen y de ahí sale lo que les parece primero un tiesto y que luego resulta que no es un tiesto, que es una cabeza.

No le dan importancia. En el año 74 el nivel de analfabetismo en China era tremendo. Lo que se les ocurre es venderlo a un chatarrero. Será al cabo de un mes y pico cuando los arqueólogos llegan y todavía tardará un poco más en llegar a la opinión pública porque China no miraba hacia atrás, hacia el pasado.

Tallas únicas con huellas dactilares

Eligieron 30 de esos soldados de terracota al azar y escanearon sus orejas. No solo la cara es lo que distingue a unos y otros, sino que lo que tenemos también verdaderamente único son las huellas dactilares y la forma de las orejas. Descubrieron, haciendo modelos en 3D de las orejas de esos guerreros, que efectivamente se habían hecho uno por uno, que eran retratos.

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Lo que descubrieron fue que los cuerpos sí que parece que se hacían en una especie de cadena de montaje, pero lo que eran las manos, las manos, la cara, los rasgos, los peinados... Todo eso era absolutamente único.

Estaban todos policromados, con colores. Hoy los vemos grises de terracota. Porque al contacto con la atmósfera, al sacarlos de sus tumbas, en cuestión de 24 a 48 horas, perdían el color por oxidación.

Por qué no se ha abierto la tumba del primer emperador chino

La tumba del emperador es una pirámide de 50 metros de alto que está más o menos a un kilómetro. De donde están los guerreros de terracota. En un área arqueológica inmensa. Y esa pirámide, fíjate, se sabe que es la tumba de King Siwandi. Sabemos que está intacta porque se han hecho escáneres y radar de suelo. Y bueno, se ha hecho todo tipo de pruebas. Y se sabe que está absolutamente inviolada, digamos. Pero lo curioso de esto es que hay un texto antiguo que se llama Las memorias históricas de Sima Qian.

Pero no se han atrevido a penetrar en la tumba y a desvelar al mundo esa fastuosidad porque temen que pase lo mismo que con los guerreros de terracota, que se deterioren los colores, que se pierda información, incluso si hay inscripciones pintadas que se oxiden y que no podamos acceder a su contenido.

Hay una teoría que a mí me parece fascinante, que ha saltado en estos últimos años. Es que esos guerreros, en realidad, son así por influencia de los griegos porque el imperio de Alejandro Magno se extendió por muchos lugares y en el siglo III antes de Cristo, los herederos de Alejandro Magno pudieron haber tenido contacto con la dinastía reinante de Quinceguandi.