Mireia Belmonte ha atendido desde Budapest a los micrófonos de Tiempo de Juego para repasar cómo ha sido su paso por el Mundial de Natación. “Ya que no pude ir al Mundial de Kazan, tenía la espinita clavada de no ser campeona del mundo en piscina de 50 metros y el objetivo está cumplido”, ha asegurado.

La nadadora española ha conseguido una medalla de oro en los 200 mariposa y dos platas en 1.500 libres y 400 estilos. Unos triunfos que para Mireia son muy especiales. “Un Mundial no se puede decir que sea una medalla cualquiera. Es una medalla especial, importante y ha sido el broche de oro al campeonato”, ha reconocido.

Pero, pese a los grandes resultados, este campeonato ha sido muy duro para ella, ya que, según ha reconocido, “los últimos cuatro días los he pasado un poco mal porque tenía mucho malestar pero al final he tenido que dejar al lado eso y competir como si estuviera bien”.

En cuanto a sus planes de futuro más inmediatos, Mireia se centra en la Copa del Mundo de la semana que viene, donde espera “seguir en la misma línea”.