Carlos tenía un sueño. Montar una barbería. Con 18 años tenía pocos recursos económicos, pero una gran familia que le apoyaba en todas sus decisiones. Luchó por ello y lo logró. En el centro de Pontevedra abrió la primera barbería. Sus sueños iban más allá. Una vez abierta la primera, las cosas empezaron a ir sobre ruedas hasta el punto de que en estos momentos tiene abiertas 35 en toda la Península. Hubo momentos malos, como en todos los negocios, pero también muy buenos. Con el paso del tiempo surgió un contacto con un proyecto muy ilusionante. Conoció en París a un grupo inversor indio que le ofreció abrir 150 barberías en su país. Carlos no lo dudó y puso en marcha el proyecto. El grupo inversor quedó encantado de la forma de trabajo, y su mayor deseo fue explotar sus métodos, en un país que la barba está a la orden del día. 

"Allí las barberías tendrán una sala de té"

Su decisión de montar este negocio con 18 años fue arriesgada, pero encontró el momento y el camino perfecto para salir adelante: "Noté que había un nicho de mercado tremendo y al que no se le estaba prestando atención. Quisimos crear un concepto super cuidado para el hombre" comenta Carlos Conde en 'La Tarde'. El siguiente paso será más grande. En su expansión a la India, mantendrá la misma estructura que poseen aquí sus franquicias a excepción de un pequeño detalle: "El local será muy parecido, habrá ciertas diferencias, allí las barberías tendrán una sala de té", explica Carlos. Este mismo verano abrirá los primeros establecimientos en Nueva Delhi. 

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Carlos ayuda todo lo posible a sus franquiciados en la apertura de cada centro. Abrir una franquicia es una decisión que se debe pensar fríamente, antes de embarcarse en un negocio de este tipo. Nada ni nadie debe impedirnos luchar por aquello que deseamos, como explica Carlos: "Invito a todo el mundo que esté pensando en meterse en un proyecto de este tipo que luche por aquello que quiere conseguir".