El brazo armado de la ONU está formado por unos 90.000 militares y policías. La misión más antigua es la de Jerusalem, creada el 29 de mayo de 1948 y que todavía sigue activa. Lo mismo ocurre con la del Líbano, que se creó hace 40 años, aunque los militares españoles no llegaron a la zona hasta 2006. Son 600 hombres y mujeres que trabajan con otros 10.000 militares de hasta 41 nacionalidades en la base Miguel de Cervantes.

La deseada paz entre Israel y Líbano.

El jefe del Estado Mayor, coronel Francisco Javier Vilchez Contreras, se ha mostrado convencido de que la actuación de los cascos azules en el Líbano ha ayudado a la estabilización de la región. “Llevamos 12 años de alto el fuego en el Líbano. Por eso hablamos de cambio de mentalidad y, si sigue esta tendencia, la población acabará creyendo que se pueden vivir en paz”, decía el coronel Vilchez a COPE. “Esta es mi tercera misión, llegue en 2011, y el ambiente ha mejorado mucho. No se si Israel y Líbano firmarán algún día un acuerdo de paz, pero se están dando los pasos adecuados para el cambio generacional que implicaría ese acuerdo”.

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En el Líbano conviven drusos, chiies, sunies, refugiados palestinos o sirios y cristianos maronitas. No a todo el mundo le hace gracia la presencia de los cascos azules. En el contexto internacional, con las grandes potencias disputándose la influencia en esa zona del mundo, la situación, decía el coronel Vilchez, “requiere templanza y un comportamiento exquisito con la población, por la mezcla de confesiones religiosas. No obliga a mantener una imagen de imparcialidad. Estamos entre Israel y el Líbano y hay que mantener un alto el fuego.

El riesgo que corren las tropas

El jefe del Estado Mayor, coronel Francisco Javier Vilchez Contreras, mostraba también su pésame por el fallecimiento del soldado Antonio Carrero Jiménez, en un accidente de tráfico de un convoy en Mali la semana pasada. “Lo peor de nuestra misión, decía en COPE, es el riesgo que corren nuestras tropas no solo en combates sino por accidentes mientras estamos desplegados. Hacemos unas 220 patrullas diarias, durante 6 meses, los 7 días de la semana. El agotamiento, el cansancio y la forma que tienen de conducir los habitantes de esta zona no están exentos de ese riesgo”.