La inmigración ilegal vuelve a ser centro de debate en nuestro país. En su columna de este lunes, Santi González analiza la contradicción que se dio ayer: mientras políticos, voluntarios y periodistas vivían expectantes la llegada de los 629 inmigrantes a bordo del Aquarius, Salvamento Marítimo buscaba en el mar de Alborán a 43 que navegaban a bordo de una patera que se hundió. 

"Toda la operación que ha dado en llamarse ‘Esperanza Mediterráneo’ se ha resuelto en una impresionante operación de propaganda: Dos ministros, José Luis Ábalos y Carmen Montón, acudieron al muelle de Valencia,-al fin y al cabo son lugareños-, para recibir a los viajeros del Aquarius. Colaboraron activamente en el acontecimiento 600 periodistas, hubo 400 traductores de acompañamiento, 70 traductores jurados, mil voluntarios de la Cruz Roja, 356 policías nacionales, 120 policías de la Generalidad valenciana y un centenar de guardias civiles, un total de 2.300 personas desplegadas para atender a los migrantes. Ayer, mientras los medios retransmitían la epopeya en vivo y en directo, en el mar de Alborán, la Guardia Civil se afanaba en la búsqueda de 43 desaparecidos en el naufragio de una patera. Natural, no se puede estar a todo", ha dicho el tertuliano con cierta ironía. 

Para Santi González,  en toda esta gran operación del Gobierno "no es discutible la pertinencia de hacer algo, aunque los motivos humanitarios están negados por el afán propagandista tan a corto plazo y por la falta de reflexión sobre el problema en su conjunto". 

"Negaba la portavoz del Gobierno en un alarde de optimismo institucional que se fuera a producir efecto llamada, en ignorancia flagrante de la realidad y de la cláusula de precaución. Uno se teme que ya ha empezado a concretarse el titular de hoy de La Razón: “Miles de migrantes marchan a Melilla por el efecto llamada”. Es inevitable", se ha lamentado Santi González.