Coincidiendo con el quinto aniversario de la proclamación del cardenal Bergoglio como Sumo Pontífice, este martes ha sido entrevistado en ‘Herrera en Cope’ Monseñor Carlos Osoro, Cardenal Arzobispo de Madrid, que en junio de 2016 fue ordenado como tal por el Papa Francisco.

Según ha manifestado Osoro, el sucesor de Pedro “es capaz de llegar al fondo del corazón” de la persona con quien está hablando desde la cercanía, sin poner distancias. “Él te ayuda a crecer, a ser más”, ha dicho el Cardenal, que conoce la personalidad de Francisco.

En este sentido, Osoro ha explicado que a lo largo de estos cinco años el Papa ha introducido cambios en la Iglesia pero sin alterar la Doctrina Católica. “No está pidiendo cosas especiales”, sino que lo que está diciendo “es que seamos capaces de ser fieles a Jesucristo. Eso supone salir de uno mismo para ir a buscar siempre a los demás”, ha explicado el cardenal refiriéndose a la capacidad de discernir de la que habla el Papa.

Como ha manifestado, en la época actual “la comunicación sobre Jesucristo tiene que ser clara, de hechos y no solo de palabras”, y eso es lo que está haciendo el Pontífice: predicar con acciones a lo largo de su peregrinación por la casa común, que para él es el planeta.

Siempre “cuesta dejar cosas y coger solamente aquellas que merecen la pena”, ha dicho Osoro, pero los religiosos “no han venido a ser servidos sino a servir”, y eso es lo que está haciendo el Papa: “Construir puentes, derribar muchos”. En este sentido, el cardenal ha manifestado que los sacerdotes no están “puestos  para tener distinciones, para subir hacia lo alto”, sino para predicar con gestos la palabra del Señor, y eso es lo que “nos está pidiendo el Papa” y comienza por hacerlo él mismo.

“Yo creo que se ve cuando sale por la plaza” y saluda y conversa con las personas. “Él está a gusto con la gente”, ha explicado Osoro, que ha añadido que gracias a eso “mucha gente que estaba mirando para otro sitio, vuelve a mirar a la Iglesia”. Incluso los jóvenes, y eso que el Papa les dijo que “no hay que confundir la felicidad con un sofá”, ha bromeado el arzobispo de Madrid, que se ha despedido pidiendo una oración por el Pontífice: “Es alguien a quien todos queremos y nos está marcando una dirección bellísima a todos los hombres”.