Diez años demostrando que estás vivo y que no eres quien está enterrado en un nicho del cementerio de Málaga es un gran esfuerzo, físico y económico. Es la lucha diaria de Juana Escudero Lezcano.

Juana se enteró de que había fallecido cuando se lo dijo el médico en una consulta, "me quería matar, porque tengo ganas de matarte, luego ya te espabilo. Desde el 2010, me dijo el médico que figuraba como fallecida" decía en mayo en 'Herrera en COPE', este jueves, más cerca de saber quién ocupa esa tumba asegura sentir "un ataque de nervios que no puedo con ello".

Está a la espera de hacerse una prueba de ADN que se cotejará con los restos que están en el nicho que pone su nombre y fecha de nacimiento. "No tengo ningún familiar que esté enterrado ahí y si fuera mío ya me podrían haber avisado. Cada vez que voy a arreglar un papel sale que estoy fallecida y vueltas para arreglar las cosas; más el sinvivir que yo tengo, porque esto me supone ir a muchos sitios y ahora mismo tengo un ataque de nervios encima que no puedo con ello".

"En la lápida pone mi nombre y mi fecha de nacimiento, no tengo otra información porque no me dan información ninguna, pero si tuviera que hacerme el pasaporte tendría el mismo problema que con el carnet de conducir, con el de identidad, con Hacienda, en todos los sitios, en cosas normales y cada vez que tengo que mover un papel sale que estoy fallecida" lamenta Juana en COPE.