El cese de Enrique Barón como comisario general de Información no es la estación término en la carrera de este viejo policía. En el Ministerio del Interior se valora su trayectoria y su capacidad profesional hasta el punto de que aún le ven recorrido. Es la forma de advertir, según fuentes policiales consultadas por COPE que, siguiendo la estela de anteriores jefes de Información, Barón tiene todas las cartas para ser enviado a una de las embajadas mejor valoradas profesional y económicamente: Colombia. Su posible paso por el Consejo Asesor de la Policia podría ser momentáneo, mientras se busca una salida airosa para el actual inquilino en Bogotá, un comisario muy del partido, el que fuera diputado por el PP y alcalde de Montilla (Córdoba) Federico Caballero de Alba. En febrero puede despejarse la duda.
 
La salida de Barón, decidida por el actual comisario Juan Carlos Ortiz, Jefe central de Información, Investigación y Ciberdelicuencia, abre una crisis en un departamento clave para la seguridad en un momento crítico: en plenas fiestas de Navidad (auténtico acelerador de la amenaza yihadista), con un nivel de alerta antiterrorista 4 y, para colmo, tras unas elecciones en Cataluña que suponen un espaldarazo al desafío secesionista.
 
La urgencia por el relevo no sólo se siente dentro de la propia Comisaría. Marruecos, su Dirección General de Vigilancia del Territorio (DGST) mira con inquietud hacia Madrid, un interlocutor imprescindible para las autoridades alauitas mientras no termina de recomponerse su maltrecha relación con los servicios de información de Francia. No es menor el interés de España: “el 80% de nuestra amenaza -dicen fuenets policiales- proviene del país vecino”. 
 
La llegada del relevo también preocupa en el Centro Nacional de Inteligencia. Si de algo presumía el equipo de Barón era de haber recuperado una excelente relación con la Casa. Los contactos personales del ya ex comisario de Información ayudaron mucho, decían, a que el CNI volviera a trabajar codo con codo con los azules. 
 
El actual secretario de la Comisaría, Teodoro Gomez, un veterano del edificio inteligente (sede de la CGI en Canillas), recién llegado de la embajada en Pakistan, sustituye en funciones a Barón. Dicen quienes le conocen que es una garantía de funcionamiento, conocimiento y eficacia, incluso un buen aspirante a ese cargo, pero el relevo exige máxima celeridad según todas las fuentes consultadas. La incertidumbre es la peor compañera en este frente.
 
Al margen de las quinielas que se barajan casi desde antes de conocerse el cese, fuentes de la propia Comisaría General advierten de que el nuevo Jefe no solo deberá sustituir a Barón, sino tambien llevar a cabo la necesaria reestructuración de esa Comisaria, diseñada en su momento para combatir ante todo el terrorismo de ETA. Comisarios como Alberto León (adscrito a Información desde primeros de los 80 y en la actualidad al frente de la lucha contra el terrorismo yihadista) o Germán Castiñeira (responsable de información en Madrid hasta este mismo año, que pasó a dirigir la Jefatura Superior en la capital de España) son dos “veteranos del sector” con condiciones para cumplir el objetivo, según fuentes policiales. 

Los dos están en las quinielas. Sus nombres, entre otros, se barajan en Interior. El comisario Ortiz y el secretario de Estado, Jose Antonio Alonso, meditan la decisión. Apunta un comisario informado que, también en estas cosas, “el ministro manda mucho”.