Jornada negra en los mercados. La incertidumbre política en España y en Italia ha provocado un nuevo desplome de las Bolsas. Además ha debilitado al euro y ha disparado las primas de riesgo de los países del sur de Europa. Crece el temor a que España pierda  parte de la confianza de los inversores extranjeros. Ya está sucediendo.  Y crece el temor a que las nuevas elecciones en Italia se conviertan en algo parecido a una consulta sobre su  permanencia en el euro.

La agencia Moody's ha amenazado con reducir el “rating”, la calificación crediticia de Italia si el nuevo gobierno no tiene un plan creíble para reducir la deuda.

El índice Ibex 35  ha perdido un 2,5 por ciento, hasta 9.521 puntos. Es su peor sesión de este año. La de Milán se ha dejado un 2,6  por ciento. Ha llegado a perder más de un 3 por ciento. Los bancos se han desplomado. El Sabadell, que tiene mucha exposición a la deuda italiana ha perdido cerca de un 7 por ciento. Ese mismo porcentaje han bajado los grandes bancos italianos en una sesión aciaga.

La prima de riesgo de España termina el día en 134 puntos, se ha doblado en poco más de diez sesiones. La de Italia ha llegado a tocar los 300, su nivel más alto de los últimos cinco años, aunque ha cerrado algo más abajo. Italia paga más de un 3 por ciento por sus bonos a diez años, frente al 1,6 de España y al 0,3 de Alemania. El dinero que sale de los llamados países periféricos europeos busca refugio en la deuda alemana.

Se va a complicar mucho por tanto la financiación de la deuda italiana en las próximas colocaciones de bonos.

Algunos medios creen que Italia volverá a las urnas a finales de julio o comienzos de agosto. Podrían ganar peso los partidos más populistas y euroescépticos. Hay mucha preocupación porque con esta incertidumbre y con estos espasmos de los mercados  son muchos los ahorradores que están viéndose perjudicados.

Pierden dinero todos los que cuenten con un fondo de inversión o de pensiones que tenga acciones o deuda pública en  su cartera. En los próximos días verán como sus participaciones tienen menos valor.  Pierden obviamente los que tienen su dinero invertido en renta variable.  Hoy por ejemplo el Banco Santander vale en Bolsa un 5 por ciento menos que ayer  y un 14 por ciento menos que hace un mes.

En general, esta situación afecta a todos los ciudadanos, incluso a los que no tienen inversiones, porque aumenta el coste de financiación del Tesoro. Es más caro pagar la deuda y eso repercute en todos los bolsillos. Cada euro que hay que destinar a refinanciar la deuda pública es un euro menos que se invierte en otras partidas.

Además, está depreciándose el euro. Se cambia por debajo de 1,16 dólares, cuando estaba a 1,25 hace tres meses.  Y un euro más débil, entre otras cosas, encarece las importaciones que se realizan en dólares, como  petróleo y carburantes.