La decisión del Ministerio del Interior de reforzar los dispositivos de seguridad ciudadana, control y vigilancia ante las aglomeraciones en torno al fin de año y la fiesta de Reyes es una medida prudente frente a la amenaza del terrorismo yihadista que se cierne sobre todo el mundo. Es una amenaza real que exige un esfuerzo añadido de prevención coordinada entre los servicios de inteligencia y las fuerzas de seguridad del Estado, a quienes la sociedad debe agradecer la profesionalidad de sus actuaciones. Aunque España se encuentre en el nivel 4 de amenza terrorista, las medidas de prevención que se han tomado no tienen porqué implicar un riesgo inminente de atentado. La actitud de normalidad en la ciudanía, ajena a todo clima de histeria, es la respuesta adecuada dentro de la normalidad social. La respuesta a la amenaza del terrorismo pasa por mejorar al máximo la protección de la vida de las personas. Pero la seguridad nunca será absoluta. Por eso resulta esencial movilizar los recursos de la educación, la cultura y el testimonio. Es necesario combatir y vencer al yihadismo en este nivel profundo, que requiere de todos, no sólo del Estado, un serio compromiso.