El Parlamento belga vota este jueves el polémico proyecto de ley que autoriza la eutanasia infantil, un debate sin duda muy agrio y que plantea muchas interrogantes ¿Cómo asume la sociedad este debate?  ¿Hasta que punto un menor es capaz tomar una decisión que quizás ni él mismo comprenda? ¿Puede un psicólogo determinar la capacidad de razonamiento de un niño de 7 años?

Bélgica se convertirá, después de Holanda, en el segundo país en practicar la eutanasia en niños. Sin embargo, que el proyecto salga adelante por mayoría parlamentaria no significa que haya un consenso social. “Los detractores critican la inseguridad jurídica que va a generar. Además hay aspectos que no se han llegado a cerrar quizá por la celeridad que se le ha dado ante las inminentes elecciones de mayo”, explica el corresponsal de COPE en Bruselas, Miguel Sánchez.

¿Hasta que punto un menor es capaz tomar una decisión de tal calado, que quizás ni él mismo alcance a comprender? “La ley dice que para someterse a la eutanasia el niño debe tener capacidad de razonar, además de pasar por una enfermedad incurable con dolores inaguantables”. ¿Puede un informe psicológico determinar todo eso? El psicólogo Luis Muiño ve complicado que un técnico pueda tomar tal decisión. “Como psicólogo de amplia experiencia no podría saber si un niño de 7 años tiene la suficiente madurez para tomar esa decisión. Podría saber si no la tiene”, pero duda de lo contrario.

El doctor Ricardo Martino, jefe de la Unidad de Paliativos pediátricos del madrileño hospital Niño Jesús convive cada día en su trabajo con familias que tienen que afrontar la inminente pérdida de su pequeño. “En España todos los años mueren algo mas de 3000 niños”, asegura. Una realidad que según critica, se trata de ocultar. "A la sociedad le repugna hasta el punto de que no hay palabra en español que pueda definir la pérdida de un hijo”. Se es viudo o huérfano pero ¿cómo se denomina el estado en que te deja la pérdida de un vástago?.

“Muchos niños que mueren en España lo hacen después de enfermedades que duran años y sus familias les acompañan durante todo ese tiempo. Esas familias se cansan, se desgastan y hay que ayudarlas. Es admirable el amor y dedicación con la que quieren, cuidan y atienden a esos niños”, insiste el doctor Martino. Pero la  realidad es que esas familias están muy solas. "Las hay que pierden su trabajo por dedicarse a cuidar todo ese tiempo a sus hijos”. 

En su opinión "no se puede llamar  avanzada una sociedad que se plantee eliminar a los que le sobran, porque son difíciles de cuidar o porque no son como los demás. El progreso también se mide por la atención que se presta a los mas necesitados”. Por eso, señala "no se puede plantear el debate de la eutanasia cuando antes no hemos hecho todo para que los niños puedan estar bien cuidados".
 
Y ahí precisamente está el secreto, en las propias familias y en el valor que le dan a la vida. “Siempre les decimos a las familias que no vamos a adelantar ni a retrasar el momento de la muerte. Aprendemos de lo que el niño nos va mostrando. Ante cada empeoramiento, si el niño decide tirar para adelante, le acompañamos y si decide llegar hasta ahí, le respetamos".

¿Muerte digna? “No me interesa, es muy parcial y muy reduccionista. Nosotros luchamos por que los niños vivan con la mayor dignidad hasta que les toque morir. Cuando ayudas a las personas a afrontar la realidad de la muerte desde un principio, le encuentran mas plenitud a la vida, aprenden a celebrar las pequeñas satisfacciones de la vida. Valoran si hoy mi hijo no ha tenido dolor o si ha dormido bien". Además, "los niños tienen menos problemas con la muerte que los adultos. Para un niño de 4 años no es un hecho terrible. Somos nosotros los que nos creamos fantasmas”.

¿Podría llegar este debate a España? “Afortunadamente estamos muy lejos de poder plantear un debate de estas características, aunque tenemos otro  sobre la mesa, el del aborto”, recuerda el director de Informativos de COPE, José Luis Pérez. “El otro día una concejal socialista planteaba abortar a los niños con malformaciones ya que costaba mucho dinero atenderlos. Si ese es el argumento, puramente económico, hay que plantearse donde se pone el límite para acabar con una vida humana”.

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