Hace 19 años, en el restaurante La Cepa de San Sebastián, tres terroristas de ETA asesinaron a Gregorio Ordóñez. El entonces diputado del PP en el Parlamento de Vitoria y Teniente de Alcalde del Ayuntamiento de San Sebastián tenía 37 años. Gregorio Ordóñez pertenece a una generación de políticos vascos cuya militancia a favor de la libertad y contra el terrorismo les convertía automáticamente en víctimas de ETA. Ni Gregorio Ordóñez ni los que como él fueron vilmente asesinados deseaban la muerte, sino la vida. Por eso dieron la suya en defensa de valores sustanciales para el buen funcionamiento de una sociedad sana y decente.Hoy la memoria de Gregorio Ordóñez ha recibido el homenaje de su familia, de la Fundación que lleva su nombre, del Partido Popular, así como de otros partidos como UPyD. En medio de las duras polémicas que han tensado las relaciones del PP con las asociaciones de víctimas del terrorismo, la memoria de Ordóñez sigue viva. Y si esto es así diecinueve años después de su asesinato, es porque sus virtudes ciudadanas fueron ejemplares. Por eso las gentes como Gregorio Ordóñez merecen el reconocimiento público de la sociedad española, pero, más aún, merecen que el Estado y todos los partidos políticos democráticos rindan homenaje real y efectivo a quienes dieron su vida en defensa de la democracia, del derecho y la justicia.