Tras reencontrarse con su identidad y su mejor juego con una remontada memorable ante el Milan en los octavos de final de la Liga de Campeones, el Barcelona recibe mañana al Rayo Vallecano, ambicioso tras sellar la permanencia, con el objetivo de refrendar su recuperación también en Liga. El conjunto azulgrana tiene ante sí un reto: no acusar ni el esfuerzo físico ni el bajón mental que suele producirse tras el subidón de adrenalina que supuso el 4-0 ante el conjunto italiano y mantener la intensidad en un encuentro en el que no le va la vida. El Barça ha dominado con autoridad exultante el torneo doméstico, del que es líder con trece puntos de ventaja sobre su más inmediato perseguidor, el Real Madrid. Por tanto, mantener la concentración en partidos como el de mañana no resulta del todo fácil. Para lograrlo, Jordi Roura -podría ser su último partido de Liga como primer técnico ante el inminente regreso de Tito Vilanova de Nueva York- alineará un once con muchas novedades respecto al que jugó el último partido de Champions. Algunas de ellas vendrán dadas por las circunstancias, ya que el técnico catalán no podrá contar con tres de sus cuatro capitanes. Víctor Valdés cumplirá el segundo de sus cuatro partidos de sanción por su expulsión en el Bernabéu; Xavi Hernández ha recaído de su lesión en el bíceps femoral y Carles Puyol se sometió ayer mismo a una artroscopia para solucionar unas molestias en la rodilla derecha. José Manuel Pinto ocupará una vez más la portería, el puesto de Puyol en el eje de la defensa volverá a ser para Javier Mascherano y Thiago Alcántara será el encargado de hacer de Xavi. Otra de las prioridades del cuerpo técnico es recuperar a Cesc Fàbregas tras su bajo rendimiento en los últimos encuentros y su suplencia ante el Milan. El de Arenys podría ocupar la plaza de interior zurdo que habitualmente es de Iniesta. Otros jugadores como Adriano, Song o Alexis podrían tener su oportunidad también ante el Rayo que sufrirá a Leo Messi desde el inicio, pues el crack argentino es de los que no le gusta descansar. El Rayo Vallecano afronta el choque con una motivación especial después de apuntalar la permanencia tras la victoria frente al Espanyol (2-0) la pasada jornada y viaja a Barcelona con la ilusión por repetir la noche 'mágica' que vivió el 6 de mayo de 2000, única ocasión en que ha ganado en Liga al conjunto azulgrana (0-2) en el Camp Nou. Durante la semana de entrenamientos, Paco Jémez, técnico del Rayo, ha incidido en la jugadas de finalización, consciente de que las opciones de su equipo por sacar un buen resultado pasaran por tener eficiencia en las escasas ocasiones que los habitualmente conjuntos visitantes tienen en el Camp Nou. El estilo directo y ofensivo de juego y la búsqueda de la posesión son las credenciales con las que el Rayo ha sumado 41 puntos en 27 jornadas y las que tiene intención de poner en práctica en el feudo blaugrana, puesto que tanto Jémez como los jugadores de la primera plantilla han recalcado a lo largo de la semana que no cambiarán un ápice su manera de jugar. En el apartado deportivo, Jémez cuenta con las bajas por sanción del lateral izquierdo José Manuel Casado, el mediocentro Javi Fuego y el delantero brasileño Leo Baptistao, tres hombres clave en su esquema táctico. La baja en el lateral la ocupará previsiblemente el navarro Anaitz Arbilla, en la medular entrará Adrián González y en la punta de ataque la duda estará en saber si Jémez apuesta por el montenegrino Andrija Delibasic o da la oportunidad al exespanyolista Raúl Tamudo. La otra novedad del once estará en el centro de la defensa con la salida de Jordi Figueras y la vuelta de Jordi Amat, que no actuó la pasada jornada por sanción.