Lo han dicho con claridad tres líderes del PSOE con responsabilidades de gobierno. Susana Díaz, Emiliano García Page y Guillermo Fernández Vara han puesto voz a lo que piensa gran parte del electorado socialista: las condiciones puestas por Pablo Iglesias para facilitar la investidura de Pedro Sánchez son inasumibles. La reforma de la Constitución requiere de un amplio consenso y el referéndum sobre la independencia de Cataluña no se puede hacer sin cambiar la Carta Magna. Es curioso que Pablo Iglesias pida ahora un referéndum cuando hace solo unas semanas no lo demandaba. Es un ejemplo claro de su tacticismo. Tampoco es constitucional el monopolio de la escuela pública que exigió en la noche del 20 de diciembre.Los barones socialistas señalan lo que es evidente: Sánchez solo podría llegar a la Moncloa gracias al acuerdo con radicales, independentistas y nacionalistas. No le basta ni siquiera el apoyo de dos formaciones más. Un compromiso de estas características sería un desastre para España y un suicidio político para el partido. Y el PSOE es, lo ha sido hasta ahora, un partido de Gobierno, un partido de Estado. Lo lógico es que los socialistas se abstuvieran para facilitar que formara gobierno el PP. Ciudadanos ya ha anunciado la abstención. Hay tiempo, se puede hablar de todo dentro de los cauces constitucionales,  durante las próximas semanas.  Otra solución no llevaría a una peligrosa inestabilidad.