El anuncio que ayer hacía el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, sobre la retirada de las pilonas que controlan el acceso de vehículos al centro histórico ha sorprendido a muchos. Hablamos de un sistema que entró en funcionamiento hace solo tres años y medio y en el que se invirtieron 820.000 euros según el equipo de Gobierno municipal; dos millones de euros según la oposición. Solo los bolardos costaron 42.000 euros, es decir, siete millones de pesetas, y ahora se van a desactivar. Pero no significa que de nuevo se vaya a poder circular libremente por el centro.El acceso seguirá siendo restringido, lo que ocurre es que cuando se eliminen las pilonas, los coches que pasen por allí serán fotografiados para enviarles la multa a casa a los infractores. Entre los colectivos de vehículos autorizados para circular por el centro histórico están los taxistas. Ellos han sufrido en primera persona los efectos de los bolardos… el mal funcionamiento de este sistema les ha generado cuantiosos daños materiales en sus coches. Pero creen que, con la eliminación de las pilonas anunciada por el alcalde, va a ser peor el remedio que la enfermedad. Por su parte, los vecinos del centro histórico temen que el resultado será que los coches volverán a circular por el centro a sus anchas.