Satisfacción y compromiso son las palabras que sintetizan el viaje que ha realizado el Presidente del Gobierno, con un numeroso grupo de empresarios, a los Estados Unidos. Una visita que ha tenido como hitos la entrevista con el presidente Barack Obama, la reunión con la presidenta del Fondo Monetario Internacional y el encuentro con empresarios norteamericanos en la sede de la Cámara de Comercio. Encuentros que ratifican un deseado clima de normalidad institucional. La agenda de un viaje de estas características se planifica en función de los objetivos que se pretenden conseguir y en este sentido se puede afirmar que la presencia de España, su imagen en el consorcio de las relaciones internacionales, ha quedado reforzada.El optimismo que reinaba en el vuelo de regreso debe traducirse en una motivación añadida a la hora de cumplir las promesas y de consolidar algunas de las reformas apuntadas. El Presidente Rajoy ha podido comprobar de primera mano cómo España está recuperando los niveles de confianza que había perdido en fechas pasadas, no solo ante el gobierno de los Estados Unidos sino también ante la opinión pública de esa gran nación. Una ganancia que debe traducirse en la consolidación e incremento de las inversiones extranjeras directas y en una mayor garantía para las operaciones de crédito. La satisfacción no ha impedido a Rajoy recordar que aún quedan importantes desafíos que afrontar, y el de la reducción de la tasa de paro es el más dramático y decisivo.