No podemos olvidar, explica la profesora de bioquímica y  biología  de la Universidad de Navarra, Natalia López Moratalla que "las armas químicas son productos con múltiples efectos pero el peor es su capacidad neurotóxica al destruir moléculas que son neurotrasmisores y su efecto inmediato y directo es que paralizan el sistema motor con lo que acaba no funcionando la respiración y se produce la muerte por asfixia. Para evitar esa muerte hay que actuar con rapidez".


Lo peor de este tipo de armas, afirma la experta es que "son productos que se fabrican fácilmente y se difunden con la misma facilidad con aerosoles con lo que se puede rápidamente contaminar a una población. Todo depende de la dosis, de la fórmula y claro una población civil, indefensa sin posibilidad de antídoto está perdida".

Se fabrican facilmente de ahí lo peligroso de lo que está ocurriendo en Siria. La catedrática López Moratalla insiste en la direrencia con las armas atómicas que "si se aplicaran sería desolador, sería un último paso. Hemos visto lo que supuso Hiroshima y Nagasaki. Sus efectos destructores no se conocían porque se utilizó cuando se acababa de descubrir. La diferencia entre las armas químicas y las atómicas es que estas, las primeras, sólo afectan a quienes les alcanza".

Pero lo que está ocurriendo en Siria y gran pare del lejano Oriente es que "es un tema político tan complejo porque hay amenazas, guerra preventiva, es una locura colectiva... ya no depende de la ciencia, es política, es poder y hay un espionaje tremendo que arrastra la protección de datos, la privacidad, valores que ya habíamos superado".

ESCUCHA AQUÍ A LA CATEDRÁTICA DE BIOQUÍMICA Y BIOLOGÍA MOLECULAR, NATALIA LÓPEZ MORATALLA