Se trata de una enfermedad rara de muy baja prevalencia, una encefalopatía que cursa episodios de fuertes epilepsias que en ocasiones generan daños cognitivos y motores en los niños que las sufren. Tiene cura, pero hay que seguir investigando, y no resulta fácil que los fondos se destinen a enfermedades con pocos casos. Esta chocolatada es una manera también de visibilizar la enfermedad, porque sigue habiendo niños sin diagnosticar. Esta tarde, por un euro, chocolate y bizcocho. Todos los fondos irán a parar a la investigación para curar la enfermedad.