Mente y cuerpo unidos para el deporte - ¡Anímate!

Mente y cuerpo unidos para el deporte

No hace falta saber latín para entender lo que quiere decir esta frase cuyo origen hay que buscarlo en la Sátira X escrita por el italiano Décimo Junio Juvenal en el siglo I a.C.. El texto original dice ‘Orandum est ut sit mens sana in corpore sano’ y se traduce como ‘Oremos por una mente sana en un cuerpo sano’, es decir, intentemos cultivar la mente, el cuerpo y el alma para alcanzar el equilibrio entre ellos. Y es precisamente esto lo que les he preguntado a tres psicólogos del deporte; cómo aunar esos tres elementos para sentirnos bien no sólo en cualquier práctica deportiva sino también en el resto de nuestra vida. Hablemos un poco de la Psicología Deportiva

La tarea no es sencilla. Hay que combinar esfuerzo y motivación, constancia y objetivos y no mirar al final de la escalera sino al peldaño que tenemos delante como me dice Mario Paños, psicólogo deportivo del Centro de Psicología Aplicada al Deporte de la Universidad Autónoma de Madrid. Cuántas veces hemos pensado que debíamos empezar a hacer ejercicio y al poco tiempo lo hemos dejado; o nos hemos apuntado al gimnasio y al principio nos ha ido muy bien, pero enseguida nos cansa y aburre. Hay que pararse a pensar por qué nos ocurre eso. Y evitar, en la medida de lo posible, que nos vuelva a ocurrir.

¿Y cómo podemos hacerlo? He ahondado en una rama de la psicología que nos viene ‘al pelo’: la Psicología Deportiva. Quizá no necesites consultar a ningún psicólogo, pero si andas un poco perdido, no lo dudes. Jesús Portillo es psicólogo deportivo de Psicólogos del Deporte Online y hablando con él me comenta que la sociedad competitiva en la que vivimos nos hace competir diariamente con los demás y dar lo mejor de nosotros mismos. Y es en este punto donde conviene tener la mente preparada para conseguir la meta que nos hemos propuesto. Empecemos por tener un mínimo saludable y después pensemos qué actividad física se adecúa más a lo que queremos conseguir.

Luis Antón, de Ipsiapsicología.com, recomienda preguntar a un profesional qué deporte nos viene bien y fijar un objetivo. En el deporte amateur habría que intentar conseguir un equilibrio entre la diversión y el bienestar físico. Si elegimos mal corremos el riesgo de abandonar a la primera de cambio.

 

¿En qué puede ayudarnos un profesional de la psicología?

Mario me habla del trabajo en tres vertientes:

  • Educativa: se da en edades tempranas y los protagonistas suelen ser pequeños deportistas y sus padres. Se hace mucho hincapié en valores como el compañerismo, el respeto a la autoridad, el trabajo en equipo… porque el deporte no es bueno ni malo, es como queramos hacerlo.
  • Rendimiento: trabajando todos aquellos aspectos que nos ayuden a hacerlo mejor.
  • Hábitos: esta parte está muy vinculada a crear una rutina en la persona, conseguir estructurar la actividad e incidir en mejorar nuestro estilo de vida, hacerlo más saludable. Y aquí hay que tener en cuenta que todo aquello que ayude a generar cambios es, a priori, recomendable y que hay que ponerse objetivos.

Toca hablar ahora de la MOTIVACIÓN, un término que según define la Real Academia Española es el ‘conjunto de factores internos o externos que determinan en parte las acciones de una persona’. Es aquello en lo que pensamos cuando decidimos emprender una nueva actividad. Y como nosotros queremos conseguir nuestro objetivo tenemos que aprender a motivarnos. Jesús, como profesional, ve con cierta frecuencia cómo nos ponemos metas increíbles de la noche a la mañana; metas que no vamos a poder cumplir y que si logramos lo hacemos de una manera no saludable. Es mejor y más efectivo ponernos metas más a corto plazo y a medida que vayamos superando los obstáculos ir añadiendo retos nuevos. De esta forma conseguimos dos cosas: la primera, hacer lo que nos hemos propuesto y la segunda, automotivarnos para seguir adelante. Llegar a casa después de haber superado nuestra meta nos va a hacer sentir bien y nos pondrá una sonrisa en la cara.

Cada persona tiene sus propias motivaciones y son igualmente válidas, razón por la que debemos preguntarnos si lo que mueve a mi vecino, amiga o hermano a ‘moverse’ también me vale a mí. Y entonces debo preguntarme qué están buscando ellos y qué busco yo. Hablando con Mario he llegado a la conclusión de que si el empuje de otra persona me lleva a mí a introducirme en una nueva actividad, es una buena opción. Pero a partir de ahí debo volar sola. Si estoy satisfecha seguiré adelante, pero si el deporte elegido no es lo mío aún estoy a tiempo de cambiar el rumbo. Así evitaré la frustración, un sentimiento difícil de gestionar no sólo en los niños, sino también entre los adultos.

Es fantástico sentirse bien con uno mismo y con los demás. La actividad física -realizada de forma adecuada- contribuye a ese bienestar. Ponte metas que puedas cumplir para seguir avanzando. Encuentra la motivación adecuada y si necesitas ayuda no dudes en hablar con un especialista. Mi conclusión pasa por decirte ¡Anímate! y sigamos juntos en este proyecto.

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