La admisión a trámite de la moción de censura de Unidos Podemos contra Rajoy, prevista para el próximo 13 de junio, y los previsibles efectos de la victoria de Pedro Sánchez, colocan al gobierno del PP en un nuevo escenario político cargado de incertidumbres. De momento la negociación para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado entra en su recta final. Su aprobación es condición necesaria para garantizar, por un tiempo, la estabilidad del Ejecutivo. Pero son muchos los factores que pueden trabar la marcha de la política y de la economía en España, y hacer que reconocimientos como el del Ministro de Finanzas alemán, sobre lo bien que se han hecho las reformas económicas, pasen a ser papel mojado. Datos como la buena marcha de las exportaciones en el primer trimestre del año deben dar que pensar a quienes están empeñados, por estrategias de partido, en desestabilizar la legislatura. El Gobierno afronta el riesgo de conformación de un frente de izquierdas, con participación de los nacionalistas, unidos por el único interés de echar a Rajoy de la Moncloa. Sin olvidar el empeño de los independentistas catalanes en seguir sosteniendo su órdago constitucional. El Presidente está obligado a diseñar una estrategia que asegure la estabilidad política de España y haga posible las condiciones del crecimiento sostenido, con respuestas adecuadas a los desafíos contra el orden constitucional. Es un momento serio que demanda líderes centrados en lo esencial, con verdadero sentido de Estado.