Sentada en la tribuna de prensa del Congreso, legislatura tras legislatura, desde que se inauguró la democracia en España, Victoria Prego ha sido una de las voces más libres e independientes del periodismo dedicado a la política. Ayer falleció en Madrid a los setenta y cinco años después de una fecunda trayectoria profesional, que le llevó incluso a la Presidencia de la Asociación de la Prensa de Madrid. Alumna destacada de la Escuela de Periodismo de la Iglesia, trabajó en medios como El Alcazar, Informaciones y El Mundo, en la Agencia EFE y en Televisión Española. Su último proyecto fue el diario digital “El Independiente”. Su voz serana, su pasión por la verdad, su fina capacidad de análisis y su independencia de criterio la convirtió en referente de un periodismo que contribuye a la conformación de una opinión crítica con los abusos y las corrupciones del poder. Sobre todo, del poder político, que tiene la tentación de convertir a los medios en terminales de propaganda.

Victoria Prego hizo de la historia de la Transición política española una crónica periodística. En sus últimos años acarició el deseo de que las nuevas generaciones no olvidaran ese milagro político español, la Transición. Una época en la que el espíritu de conciliación hizo posible que los políticos dejaran a un lado los agravios del pasado y en vez de levantar muros y frentes, en vez de sembrar el espacio público de insidias y amenazas, convirtieron el parlamento en un punto de encuentro, un lugar de amistad cívica capaz de sacar adelante una Constitución de todos los españoles.